Estados Unidos ha puesto en marcha una nueva acción contra China; se trata del bloqueo de envíos de semiconductores a Huawei Technologies, restringiendo así su operación con cualquier compañía global que fabrique chips usando tecnología del país norteamericano.
La modificación a la regla de exportación implementada por el Departamento de Comercio de Estados Unidos tiene la intención de, según informó la entidad, “apuntar estratégicamente a la adquisición de semiconductores de Huawei que son el producto directo de cierto software y tecnología de Estados Unidos” y añadió que el “anuncio corta los esfuerzos de Huawei para socavar los controles de exportación de Estados Unidos”.
Esta acción representa un duro golpe para Huawei, quien se ostenta como el fabricante de teléfonos inteligentes número dos del mundo, ya que la empresa asiática necesita semiconductores para la fabricación de sus teléfonos y equipos de telecomunicaciones.
La administración de Donald Trump está tratando de convencer a los países aliados de excluir a Huawei también de las redes 5G con el argumento de que China podría usarlas para espiar, pese a que la compañía asiática ha negado en repetidas ocasiones esta acusación.
Huawei y 114 afiliados fueron colocados en la lista negra económica de los Estados Unidos, citando preocupaciones de seguridad nacional; algunas empresas estadounidenses y extranjeras se vieron forzadas a buscar licencias especiales del Departamento de Comercio para continuar vendiéndole a Huawei; la última que se expidió permitirá a compañías estadounidenses continuar haciendo negocios con Huawei únicamente hasta el 31 de agosto, sin oportunidad de extensión.
Ante estas nuevas restricciones por parte de Estados Unidos contra Huawei, el Gobierno de China mencionó que estaban listos para poner a las compañías estadounidenses en una «lista de entidades no confiables», tal y como lo ha hecho el Gobierno de Trump con Huawei.
Esta lista por parte de China impondría restricciones a empresas como Apple, Cisco, Qualcomm y hasta Boeing, quienes no podrían usar líneas de producción en China o hacer negocios con empresas de este país.