En África la caza furtiva es un problema que se ha vivido por años, por lo que las autoridades de la vida silvestre se han visto en la necesidad de quitarles los cuernos a los rinocerontes y elefantes para eliminar la razón de ser cazados. Ahora resulta que a la evolución se le ocurrió algo similar.
Tras la Guerra Civil en Mozambique, la cual duro 15 años, se desencadeno un estallido en la caza furtiva lo que provocó la muerte del 90 por ciento de la población de elefantes en un parque nacional de la región.
Sin embargo, años más tarde se lograron observar elefantes sin colmillos. Ahora una serie de investigadores han revelado que la ausencia de los colmillos se debe a cambios genéticos.
Los elefantes en el parque pasaron de ser 2 mil 542 a 242, pero se observó que la población restante contenía un número significativo de la especie sin colmillos. También se demostró que estos tenían aproximadamente cinco veces más probabilidades de sobrevivir que sus compañeros sin colmillos, expuso Ryan Long, profesor asociado de Ciencias de la Vida Salvaje en la Universidad de Idaho.
Los investigadores notaron que la falta de colmillos se notó exclusivamente en hembras. Se descubrió que el gen actúa como un cambio visible de forma dominante, pero provoca letalidad de forma recesiva.
Lo que explica porqué vemos hembras sin colmillos, pero dada la posibilidad de que cualquier macho se pueda desarrollar sin colmillos terminaría muriendo.
La confirmación de que este patrón se comportó como un cambio cambio genético surgió como una respuesta evolutiva a la caza furtiva, nos demuestra que la evolución esta pasando en tiempo real frente nuestros ojos.
«La evolución es simplemente un cambio en las características heredables dentro de una población a lo largo de generaciones sucesivas, y basándonos en los resultados de nuestro estudio, el cambio hacia la ausencia de colmillos entre las hembras de elefante en Gorongosa se ajusta a esta definición perfectamente», dijo Long, uno de los autores del estudio.
«El hecho de que ocurriera tan rápidamente es realmente raro, y es una función directa de la fuerza de la selección», dijo por correo electrónico. «En otras palabras, ocurrió tan rápidamente porque las hembras sin colmillos tenían una probabilidad mucho mayor de sobrevivir a la guerra y, por tanto, un potencial mucho mayor de transmitir sus genes a la siguiente generación».