El presidente boliviano Evo Morales perdió poder y la hegemonía política tras casi catorce años en el poder a pesar de perfilarse como ganador en primera vuelta en las elecciones más reñidas de los últimos tiempos en Bolivia.
El país se fue a dormir polarizado y en la incertidumbre: el conteo preliminar oficial se paralizó poco antes de las ocho de la noche, por lo que a muchos sólo les quedó anticipar un ballotage en diciembre, en una fecha aún sin definir, pero que pueden inferirse según los cómputos adelantados por el Tribunal Supremo Electoral (TSE) tras la votación del domingo, en la que también se eligió a los representantes del poder Legislativo.
Los resultados publicados por el TSE colocaban a Morales -al frente del partido Movimiento al Socialismo (MAS)- a la cabeza del cómputo con 45,28% de los votos frente al 38.16% de su rival más cercano, el expresidente Carlos Mesa (2003-2005), de la alianza de centro Comunidad Ciudadana (CC).
Para ganar en primera vuelta, un candidato debe obtener el 50% más un voto o ganar con al menos 40% de los sufragios, pero con una diferencia de diez puntos porcentuales frente al segundo lugar.
El recuento provisional oficial con más del 80% del escrutinio apunta a una victoria insuficiente de Evo Morales y a una segunda vuelta con el expresidente Carlos Mesa, algo inédito en el país. Morales, quien lleva cerca de 14 años en el poder, obtenía un 45,28% de los votos frente al 38,6% de Mesa, un periodista e historiador de 66 años que ya gobernó entre 2003 y 2005.
De confirmarse estos resultados -hay que destacar que falta computar mucho voto rural que es muy favorable a Morales- tendríamos que Mesa consigue forzar el balotaje con una campaña centrada en el «voto útil» y en la necesidad de evitar que Morales se perpetúe en el poder.
Se trata de una situación inédita en un país que no había conocido una segunda vuelta en los últimos 37 años. De acuerdo con estas primeras cifras divulgadas en torno a las 8 de la noche, en tercer lugar se ubica el pastor presbiteriano Chi Hyun Chung, de origen coreano, con 8,7% por encima de Óscar Ortiz, a quien durante la campaña las encuestas proyectaban en tercer lugar pero que solo obtiene 4,3%, según estos primeros resultados.
La divulgación de resultados, sin embargo, se vio suspendida luego de conocerse las primeras cifras, por lo que pasadas las 10 de la noche (hora local), la misión electoral de la OEA divulgó un mensaje diciendo que era «fundamental» que el Tribunal Supremo Electoral (TSE) explicara por qué se produjo esta interrupción.
Posteriormente, pasada la medianoche, Mesa dijo en Twitter que el TSE había «cancelado» el conteo rápido de votos y denunció un «intento de escamoteo de la segunda vuelta». Unas cuatro horas antes, en su primera comparecencia pública tras ser difundido el recuento provisional, Mesa dio como un hecho que habría balotaje. «Hemos logrado un triunfo incuestionable», dijo. «Estamos en segunda vuelta», agregó.
Mesa dijo que lo que habían conseguido este domingo tendría que consolidarse en el balotaje e hizo un llamamiento a la unidad, solicitando el apoyo de quienes habían escogido otras opciones en estas elecciones. «Ahora hay dos opciones», afirmó. «Esta no es una elección cualquiera. Es una elección en la que se juega el destino de Bolivia, la democracia de Bolivia», añadió. Con Información de la BBC.