La creciente escasez de energía en China está provocando apagones en los hogares y obligando a las fábricas a reducir la producción, lo que amenaza con aletargar la vasta economía del país y ejercer aún más presión sobre las cadenas de suministro mundiales.
A las empresas que se encuentran en el corazón industrial del país se les ha dicho que limiten su consumo de energía para reducir la demanda, según medios estatales. Y se ha cortado el suministro a algunos hogares, lo que incluso llevó a personas a quedar atrapadas en ascensores, de acuerdo a algunos reportes.
Un corte de energía «inesperado y sin precedentes» afectó la última semana de septiembre a tres provincias del noreste, según el tabloide estatal Global Times. El periódico informó que el racionamiento de energía en las provincias de Heilongjiang, Jilin y Liaoning ha «provocado importantes trastornos en la vida diaria de las personas y las operaciones de los negocios».
La escasez de energía también ha afectado a la provincia sureña de Guangdong, un importante centro industrial y marítimo. Los funcionarios locales dijeron que muchas empresas están tratando de reducir la demanda trabajando dos o tres días a la semana.
La Corporación Estatal de la Red Eléctrica de China ha informado que «hará todo lo posible para librar la dura batalla del suministro de energía», haciendo todos los esfuerzos para asegurar el consumo en los hogares.
Ya ocurrió antes una crisis energética en China
China sufrió una crisis energética similar en junio DEO 2021, pero la situación está empeorando debido a una tormenta perfecta: las industrias enfrentan una presión enorme por el aumento de los precios de la energía y también por parte de Beijing, para que aborden la cuestión de las emisiones de carbono.
China, el país que más contamina en el mundo, está tratando de cumplir el compromiso de que sus emisiones de carbono alcancen su punto máximo antes de 2030. Eso requiere que sus provincias utilicen menos combustibles fósiles por cada unidad de producción económica, por ejemplo quemando menos carbón para generar energía. Al mismo tiempo, la demanda de productos fabricados en China ha aumentado a medida que la economía mundial emerge de la pandemia. El resultado: no hay suficiente energía para funcionar.
El impacto de la creciente crisis energética de China
Algunos de los principales proveedores internacionales se están preparando para el impacto en los negocios, que ya enfrentan retrasos causados por la escasez y las demoras en los envíos globales.
Pegatron, una empresa taiwanesa que produce componentes y ensambla iPhones para Apple, dijo a CNN que está cooperando con «políticas del gobierno local» de China para «activar mecanismos de ahorro de energía y reducir la producción» . Pegatron tiene una gran fábrica en la ciudad de Kunshan, en el este de China, donde, según medios taiwaneses, las autoridades están limitando el suministro de electricidad.
El racionamiento de energía podría crear nuevos dolores de cabeza para la cadena de suministro de tecnología, según Dale Gai, director de Counterpoint Research, aunque probablemente no sea tan grave como la escasez mundial de chips de computadora que ha golpeado a una gran variedad de productos, desde automóviles y lavadoras hasta otros dispositivos electrónicos.
Las interrupciones en las zonas donde se suelen ensamblar los módulos de los teléfonos inteligentes podrían provocar algunos retrasos a corto plazo.
«Probablemente (hay) algún retraso de los componentes durante una semana más o menos», dijo Gai, «lo que todavía es manejable, pero es un retraso».
Se recorta la previsión de crecimiento de China
El impacto incluso ha llevado a los economistas a reducir las expectativas de crecimiento de la segunda economía más grande del mundo este año.
Los analistas de Nomura recortaron su pronóstico de crecimiento de China en 2021 en medio punto porcentual a 7,7%. Citan como argumento el «creciente número de fábricas» que han tenido que «cesar operaciones», ya sea por los mandatos locales de consumo de energía o por los cortes de electricidad debidos al aumento de los precios del carbón y la escasez.
Y le siguieron los analistas de Goldman Sachs, que recortaron su pronóstico de crecimiento del PIB para 2021 de 8,2% a 7,8%, citando «recortes recientes agudos a la producción en una variedad de industrias de alta intensidad energética».
Los analistas señalaron que hay una «incertidumbre considerable» de cara al último trimestre del año, dado que la economía china ya enfrenta riesgos debido a la crisis de la deuda en Evergrande, el conglomerado que ha llevado a algunos analistas a temer que China tenga su momento Lehman Brothers.
Los problemas de suministro de energía no son nuevos para China. Este verano, varias provincias chinas advirtieron sobre la escasez en lo que constituyó, para ese momento, la peor crisis energética del país desde 2011.
Sin embargo, los últimos informes son aún más preocupantes. La escasez aguda en partes del noreste «continuará por algún tiempo», informó la emisora estatal CCTV.
Auge de la construcción y la manufactura
China se retiró de la depresión pandémica en gran parte gracias a un auge en la construcción y la manufactura. Pero los proyectos inmobiliarios y las fábricas requieren una tonelada de energía para operar y, por lo tanto, cantidades masivas de carbón.
El foco en la infraestructura y la construcción hizo que las emisiones de carbono de China llegaran a niveles récord en el primer trimestre de 2021, según una investigación publicada en mayo por el Centro de Investigación sobre Energía y Aire Limpio. La agencia dijo que fue la tasa de crecimiento más rápida en más de una década.
Las regiones «no pueden ser demasiado agresivas» o «apretar el freno demasiado fuerte» para controlar el consumo de energía, expone un artículo de opinión publicado en el People’s Daily, portavoz del gobernante Partido Comunista.
«Como esto afecta al desarrollo de la economía y la sociedad, deben precisar en qué deben trabajar y mantener un equilibrio», dice el artículo. «De lo contrario, tomarán a la gente desprevenida, especialmente a ciertas industrias, que podrían verse obligadas a detener la producción con poca antelación». Todo esto mientras se empieza a formarse un caos en la cadena de suministro mundial por escasez de energía en China