Hablando de turismo, Tailandia es uno de los países más importantes alrededor del mundo; sus calles están repletas de templos e imágenes de Buda, y en las últimas horas muchas de ellas han aparecido ataviadas con sus mascarillas, para dar ejemplo a los habitantes y turistas que aún continúan en la Ciudad de Bangkok. Incluso algunos templos en Tailandia manufacturan sus propias mascarillas para prevenir la propagación de los contagios por Covid-19.
El templo de Wat Chak Daeng es el único que hace sus mascarillas a partir de plástico reciclado; adicionalmente, fabrica su propio desinfectante y bendice agua para los enfermos de coronavirus. Los visitantes que asisten al lugar, deben pasar por un arco en el que son rociados con desinfectante, y monjes pertrechados con mascarillas y viseras les miden también la temperatura antes de autorizarles el ingreso. Chak Daeng también fabrica 1,000 litros de desinfectante al día a partir de hipoclorito de sodio para consumo propio, así como para la comunidad, hospitales y otros templos.
Los monjes del templo rezan para bendecir agua que envían a enfermos de coronavirus y un monje versado en prácticas esotéricas llamado Chamnanwet, inscribe mantras mágicos en algunas mascarillas, convirtiéndolas en amuletos protectores. Tras inclinarse ante Buda, este religioso escribe sobre el cubrebocas estilizados caracteres en khom, una antigua forma de escritura jemer usada actualmente en rituales esotéricos y también en los tatuajes mágicos o sak yan. Tailandia ha registrado poco más de tres mil casos y el impacto en número de vidas perdidas es de 56.