Después de que no la atendieron en un negocio por no llevar cubrebocas, una joven en Argentina se quitó el vestido para poder cubrirse la boca y poder así comprarse un helado.
El hecho quedó registrado en la cámara de seguridad de la heladería, ubicado en la ciudad de Mendoza, en Argentina, en el que se puede observar cómo intenta ponerse un vestido negro como mascarilla.
De acuerdo con medios argentinos, la joven se quitó el vestido e intentó usarlo como mascarilla para cumplir con la normativa sanitaria vigente por la pandemia, después de que los empleados de la heladería se negaran a atenderla por la falta de cubrebocas.
Fue en un grupo de once personas quienes entraron a la heladería Grido, pero no pudieron conseguir el postre porque ninguno de ellos tenía mascarilla y tuvieron que retirarse de la cafetería.
No obstante, una de las mujeres apareció después en la puerta llevando sólo ropa interior y en las manos su vestido negro, que enseguida se ató a la cara, aunque de nada le sirvió pues los empleados no la atendieron.
Un padre que entró con tres menores se quedó desconcertado al ver a la joven en ropa interior, e incluso se ajusta su cubrebocas al observar que la joven intenta ponerse el vestido como mascarilla.
Según documenta un medio local, los hechos ocurrieron la noche del 1 de enero de 2022 en un establecimiento de helados, denominado heladería Grido, ubicada al sur de la localidad de Godoy Cruz, de la provincia de Mendoza en Argentina.
El sorpresivo momento no únicamente acaparó el desconcierto entre los clientes del lugar, sino entre los empleados del establecimiento, quienes insistieron en que no podían atenderla sin cubrebocas y mucho menos por la manera en que improvisó la mascarilla para comprar helados para su grupo y ella.
Un par de videos de las cámaras de seguridad dentro del establecimiento han sido difundidos y en uno de ellos se aprecia como la mujer discute con los empleados del local tras explicarle que no pueden atenderle por no acatar el protocolo; en otro se ve la reacción de los clientes que habían ingresado previamente.
Finalmente el grupo sí pudo hacerse de los helados que querían tras el incidente con la mujer, aunque no se especificó si alguien consiguió el cubrebocas para hacer la compra, o el equipo de la heladería cedió a la capacidad de improvisación de esta joven.