La hepatitis E es una infección viral que causa inflamación y daño al hígado. La inflamación es una hinchazón que ocurre cuando los tejidos del cuerpo se lesionan o infectan. La inflamación puede dañar los órganos. Algunos tipos se transmiten al tomar agua contaminada.
La hepatitis E no se suele cronificar, pero sí puede convertirse en crónica en personas que tienen un sistema inmunológico debilitado, como las personas infectadas por el VIH o las que están tomando fármacos que inhiben el sistema inmunológico, como los fármacos antineoplásicos (quimioterápicos).
En todo el mundo aumentan las inundaciones y las sequías, así como los casos de hepatitis E. Las malas condiciones de higiene son la principal causa de esta enfermedad infecciosa.
En países industrializados, como Estados Unidos o Alemania, se conocen sobre todo la hepatitis B y C. Ambas variantes son transmitidas a través de relaciones sexuales. En comparación, la hepatitis E juega un papel mucho menor.
Sin embargo, miles de millones de personas en el mundo, que viven sin instalaciones sanitarias en buenas condiciones, padecen esta infección del hígado. Expertos calculan que en los próximos años la enfermedad se extenderá más con el aumento de las temperaturas.
Así se extiende la hepatitis E
La hepatitis E se transmite sobre todo en países del sur y este de Asia, donde a menudo se registran graves inundaciones. En la India, por ejemplo, los casos aumentan en los meses del monzón, entre junio y septiembre.
«En caso de una inundación, el agua puede entrar en la canalización. Y al retroceder, el agua se contamina con excrementos y puede transmitir hepatitis E», explica Ayodele Majekodunmi, epidemióloga en la Universidad de Ghana.
Asimismo, las sequías aumentan la posibilidad de contagiarse de esa enfermedad, dice Majekodunmi, que investigó la expansión de la hepatitis E en el África subsahariana.
«Cuando un río se seca, las fuentes de agua se concentran en determinadas áreas. La gente ya no puede abastecerse de agua corriente. Solo quedan pocas charcas, y todos usan las mismas fuentes de agua, y, así, estas se contaminan más fácilmente», señala.
Los síntomas de una infección suelen ser una fiebre ligera, falta de apetito, cansancio, náuseas y vómito. Después, las personas enfermas desarrollan una ictericia: los ojos, la piel y las mucosas adquieren un color amarillento. Por lo general, tarda entre dos y ocho semanas hasta que un paciente se haya recuperado.
Investigadores creen que, a raíz del calentamiento global, vayan a aumentar las inundaciones. Sin embargo, aún no es posible decir si el cambio climático ya está jugando un papel en la extensión de la hepatitis E.
Según la organización internacional Médicos Sin Fronteras, cada año unos 20 millones de personas se contagian de hepatitis E en el mundo. Y unas 44.000 mueren como consecuencia de una infección. Si bien la tasa de mortalidad entre las personas jóvenes y sanas es baja, en el caso de mujeres embarazadas aumenta hasta a un 20 por ciento.
Una enfermedad subestimada
En opinión de Majekodunmi, la sociedad mundial de médicos y farmacéuticas no le presta mucha atención a esta enfermedad. Esto probablemente se deba a la baja expansión de la hepatitis E en los países industrializados y la baja tasa de mortalidad.
«Algunas enfermedades simplemente son consideradas más importantes», dice la epidemióloga. «Tradicionalmente, las tres enfermedades grandes son la malaria, la tuberculosis y el VIH. Si uno investiga una de estas tres enfermedades, no tendrá problemas para recibir suficientes fondos para la investigación. Pero también hay otras enfermedades, que afectan sobre todo a los más pobres de manera desproporcionada. Por lo general, se trata de enfermedades transmitidas por aguas contaminadas», agrega.
Los más pobres son los más afectados
Majekodunmi subraya que la gente de la clase media casi no se contagia con hepatitis E, sin importar que se trate de alguien de Nigeria o Alemania. La enfermedad se da sobre todo en lugares donde las condiciones de vida son muy malas, como en campamentos de refugiados o en zonas afectadas por crisis humanitarias y catástrofes climáticas.