Ramsés II (ca. 1303 -ca. 1213 a.C.) asumió que la diplomacia y una exhaustiva campaña de relaciones públicas podían mitigar cualquier deficiencia militar. Sus célebres logros constructivos, incluidas las maravillas de Karnak y Abu Simbel, reflejaban su visión de una gran nación y de sí mismo como «gobernante de gobernantes». Erigió más monumentos y estatuas y tuvo más hijos que ningún otro faraón. Por ello, los egipcios lo designan desde hace mucho tiempo como Ramsés el Grande y su reinado de 66 años se considera la cumbre del poder y la gloria de Egipto.
Una misión arqueológica Egipcio-Alemana ha descubierto en El Cairo la base de una estatua del faraón Ramsés II y una esfinge hecha de cuarzo que lo representa, según informó recientemente el Ministerio de Antigüedades de Egipto. El líder de la investigación Dietrich Raue, profesor de la Universidad de Leipzig (Alemania), destacó también el descubrimiento de «una pieza que pertenece al faraón Ramsés IX, y un trozo de piedra de granito rosa con una gran inscripción que probablemente sea la parte superior de un obelisco», objetos que serán estudiados próximamente para determinar su fecha.
La importancia de la ciudad de Heliópolis
En la antigua cultura Egipcia, los habitantes construían templos dedicados al dios del Sol, llamado Ra. En la ciudad de Heliópolis, donde se encontraron los restos arqueológicos recientes, se erigió probablemente el templo del sol más importante de los tiempos faraónicos. Según la antigua creencia egipcia, en ese lugar «se creó el mundo, con el primer amanecer. Ahí se celebró la conexión de la realeza con el creador y el dios sol», según dijo Raue a WordsSideKick.com. El arqueólogo Alemán, quien se encuentra trabajando en esta misión arqueológica desde 2012, agregó: «Idealmente, ningún gobernante de Egipto debería estar en el cargo sin la bendición del dios del Sol».
Una contribución importante para la historia
Es probable, según el investigador alemán, que muchos de estos objetos arqueológicos descubiertos hayan sido colocados frente a las puertas de un templo del sol o al costado de los obeliscos. Asimismo, añadió, estas estatuas habrían sido destruidas en algún momento de la historia y reusadas como materiales de construcción. Por su parte, el secretario general del Consejo Supremo de Antigüedades, Mustafa Waziri, explicó que la misión está programada para completar su trabajo de excavación «en las próximas temporadas, para estudiar y documentar lo que ha sido revelado». Además, aclaró, están pendientes de «los trabajos de excavación en el área que rodea el museo abierto y el obelisco, lo que contribuirá a un conocimiento más claro de la historia de esta región».
Una equipo con grandes hallazgos
En 2017, esta misión encontró lo que el Ministerio de Antigüedades calificó como «uno de los descubrimientos más importantes de la historia». Eran dos estatuas de la dinastía XIX: un busto de unos 80 centímetros de altura que pertenece al faraón Seti II (1200-1194 a.C.), nieto de Ramsés II (1279-1213 a.C.); y una segunda, que pertenece al templo de Ramsés II, encontrada partida en decenas de pedazos de cuarcita, y que mide unos 8 metros, en esta vetusta urbe dedicada a Ra, el dios del Sol.