En Alemania, Jens Spahn, ministro de Sanidad, parafraseó la regla de las 3G para insistir en recomendar la vacuna. Merkel, en la misma línea, dijo que las medidas actuales no son suficientes para romper la cuarta ola.
«Probablemente, al final de este invierno, prácticamente todos en Alemania, como se ha dicho ya de manera cínica, estarán vacunados, curados o muertos», dijo el todavía ministro alemán de Sanidad, Jens Spahn, en una rueda de prensa este lunes 22 de noviembre. Spahn abordó la campaña de refuerzo con las vacunas basadas en la tecnología mRNA y animó a vacunarse contra el COVID-19 a quien no lo haya hecho ya.
Con la variante Delta esto es «muy, muy probable» y «por eso insistimos tanto en recomendar la vacuna», abundó el ministro. En Alemania se conoce como regla de las 3G el principio de ‘geimpft’, ‘genesen’ o ‘getestet’ (vacunado, sanado o con un test realizado con resultado negativo) que se aplica para el acceso a determinados eventos o locales cerrados y que por ejemplo se pretende introducir en breve en el transporte público.
En los últimos días y ante el vertiginoso aumento de contagios y creciente numero de ingresos hospitalarios, se ha comenzado a hablar de 3G como «geimpft, genesen o gestorben» (vacunado, sanado o muerto), en un juego de palabras que ha retomado hoy Spahn. La todavía canciller alemana, Angela Merkel, que participaba en una reunión de la CDU insistió en que estamos en una «situación dramática» en la que las medidas «que se están aplicando no son suficientes». Y dijo tener la impresión de que mucha gente no es consciente de la gravedad de la situación.
Spahn reiteró su escepticismo ante la posibilidad de una obligatoriedad de la vacuna, debate que se ha abierto en Alemania ante la insuficiente tasa de vacunación, una de las más bajas de Europa, con apenas el 70,5 % de la población vacunada, el 68,0 %, con la pauta completa. Agregó que no hay necesidad de responder ahora a la cuestión sobre una obligatoriedad, ya que no aportaría nada en las próximas cuatro semanas.
De lo que se trata ahora, insistió, es de romper la cuarta ola y «ninguna vacuna obligatoria rompe esta ola», dijo. Ahora sólo puede ayudar una reducción de contactos, la acción decidida del gobierno y naturalmente las dosis de refuerzo de la vacuna. Esto último, en todo caso, «no hará en dos semanas la diferencia decisiva», señaló. Spahn habló, no obstante, de una «obligación moral» y «solidaria» en lo que respecta a vacunarse, y reiteró que en este caso no se trata solo de una decisión personal. Fuente DW