El acuerdo de venta de emergencia que habría aliviado la crisis de efectivo que afecta al gigante inmobiliario chino Evergrande se cayó, así lo reportó la compañía, acercándola aún más a un posible colapso.
Evergrande anunció que se había terminado un acuerdo para vender una participación en su unidad de gestión al desarrollador inmobiliario rival Hopson, por unos 20 mil millones de dólares de Hong Kong (US$ 2,6 mil millones). La participación otorgaba el control de la unidad a Hopson, también radicada en China.
Las empresas intercambiaron culpas por el colapso del acuerdo, con Evergrande alegando en una informe bursátil que «el comprador no había cumplido el requisito previo para hacer una oferta general de acciones en Evergrande Property Services».
Hopson, por su parte, dijo en un comunicado que estaba dispuesta a completar el acuerdo, pero que «otras partes» habían intentado cambiar los términos del mismo.
Las acciones de ambas empresas, que habían sido suspendidas desde que se anunció el posible acuerdo, reanudaron su cotización este jueves en Hong Kong. Evergrande se desplomó un 12,5%, mientras que Hopson subió un 7,6%.
Un fin de semana crítico
El fracaso del acuerdo es una mala noticia para Evergrande, que está a pocos días de un posible cesación de pagos formal de su deuda.
La empresa se enfrenta a una fecha límite este fin de semana, cuando vence un periodo de gracia de 30 días para el pago de los intereses que debe a los inversores.
El 23 de septiembre, Evergrande incumplió un pago por US$ 83,5 millones de un bono en dólares. La fecha límite para pagar es el sábado, según Jeffrey Halley, analista de mercado senior de Asia Pacífico en Oanda.
Halley dijo que el incumplimiento de los pagos «podría desencadenar un incumplimiento cruzado de otros instrumentos de deuda», lo que podría permitir a algunos de los otros acreedores de Evergrande exigir la devolución de su dinero.
«Se les acabará el margen de maniobra», dijo.
Un cesación de pagos formal podría hacer temblar los mercados bursátiles mundiales, dijo el analista. También podría llevar a los reguladores chinos a tomar medidas.
A la espera del gobierno de China
«El gobierno chino ha guardado un silencio ensordecedor sobre este asunto», dijo Halley. «Esto podría forzar la mano del gobierno central a actuar finalmente de forma más directa».
Las autoridades han intentado calmar la situación mientras los inversores se preocupan por los riesgos de contagio. La semana pasada, el banco central de China dijo que Evergrande había gestionado mal su negocio, pero que los riesgos para el sistema financiero eran «controlables».
El viceprimer ministro de China, Liu He, se hizo eco de esta afirmación en un foro financiero celebrado en Beijing el miércoles.
En un discurso recogido por la agencia estatal china de noticias Xinhua, Liu reconoció lo que llamó «problemas individuales» en el mercado inmobiliario.
Pero subrayó que los riesgos estaban en general bajo control, que las necesidades de capital de los promotores inmobiliarios estaban siendo satisfechas y que la tendencia general de «desarrollo saludable» del mercado inmobiliario chino no cambiaría, según Xinhua.
Luchando por recuperarse
En las últimas semanas, Evergrande ha tratado de resolver sus problemas de liquidez intentando vender algunos de sus activos, como participaciones parciales en sus negocios de vehículos eléctricos y servicios inmobiliarios, así como una torre de oficinas en Hong Kong.
Pero la empresa no ha tenido mucha suerte en su búsqueda de compradores.
En otro informe bursátil presentado el miércoles, el grupo dijo que no se había producido «ningún progreso importante» en la venta de sus otros activos, aparte de la venta de una participación en una entidad crediticia local que ya se había anunciado.
El grupo también ha advertido de nuevos golpes a su negocio en los últimos meses.
Entre el 1 de septiembre y el 20 de octubre, las ventas de propiedades por contrato fueron de solo 3.650 millones de yuanes (US$ 571 millones), según informó el miércoles. Esto representa una caída de aproximadamente el 97% en comparación con el mismo periodo del año pasado, según Halley.
Evergrande no es la única empresa en apuros. Recientemente, otros desarrolladores inmobiliarios han revelado sus propios problemas de liquidez, pidiendo a los prestamistas más tiempo para pagarles o advirtiendo de posibles cesaciones de pagos.
Modern Land, con sede en Beijing, es uno de esos desarrolladores. La semana pasada, la empresa pidió a los inversores más tiempo para reembolsar un bono de US$ 250 millones que vencía el 25 de octubre, poniendo de manifiesto sus propios problemas de liquidez.
La negociación de sus acciones fue suspendida el jueves en Hong Kong, al revelar un próximo anuncio, sin dar más detalles. Con información de CNN