Jessica Cain de 21 años de edad fue encontrada muerta en su habitación en la localidad de Gateshead, al noreste de Inglaterra, muy cerca de Newcastle luego de haber sufrido fuertes dolores de cabeza. Su madre, Sheila Rowell, expresó que la noche anterior a la tragedia su hija se sentía “atontada”, tomó un paracetamol y se fue a descansar.
A la mañana siguiente, la fue a despertar pero la joven no reaccionaba. Llamó a emergencias y los médicos constataron que había muerto en la madrugada. La autopsia reveló que falleció por meningitis y septicemia, ambas infecciones peligrosas.
“Algunos dolores poseen las denominadas ´banderas rojas´, por lo que deben estudiarse en profundidad, lo que implicaría una internación para control”, explica Horacio Héctor Amurri, médico Neurólogo.
Uno de los cuadros que puede llevar a la hospitalización es el denominado ‘síndrome meníngeo’ (meningitis) que involucra síntomas como cefalea (dolor de cabeza intenso), vómitos, fiebre, deterioro del estado general, molestias en la nuca e intolerancia a la luz.
“Estos signos no suelen darse de un momento al otro, por lo que habitualmente da tiempo a un diagnóstico preciso para realizar el tratamiento adecuado”, añade el neurólogo.
«El caso de la mujer que amaneció muerta por meningitis es una presentación totalmente atípica de la patología y no debería alarmar a la población el hecho de haber tenido dolor de cabeza», agrega, y recomienda realizar la consulta con un profesional si el dolor persiste.
Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), la meningitis es una infección bacteriana de las membranas que rodean al cerebro y la médula espinal. Puede traer complicaciones graves a nivel cerebral y en caso de no ser tratada, podría ser mortal. La bacteria se transmite entre las personas a través de pequeñas gotas emitidas al toser, hablar o estornudar.
Tras la muerte de su hija, Rowell decidió iniciar una campaña para concientizar sobre los peligros de la meningitis y evitar que más personas mueran a causa de esta enfermedad.