La crisis creada por el coronavirus tendrá efectos de gran alcance en el mercado laboral, según una primera evaluación de la Organización Internacional del Trabajo: se estima que entre 5,3 y 24,7 millones de personas perderán su empleo a causa de las repercusiones del Covid-19. En comparación con la crisis financiera mundial de 2008-2009 el desempleo mundial aumentó en 22 millones.
Las caídas del empleo también conllevan grandes pérdidas de ingresos para los trabajadores. El estudio realizado por el organismo especializado de las Naciones Unidas estima que éstas se situarán entre los 860.000 millones y los 3,4 billones de dólares a finales de 2020. Esto se traducirá en caídas en el consumo de bienes y servicios, lo que a su vez afectará a las perspectivas de las empresas y las economías.
Todo ello conllevará un importante aumento de la pobreza laboral, ya que «la presión sobre los ingresos resultante de la disminución de la actividad económica tendrá un efecto devastador para los trabajadores que se encuentran cerca o por debajo del umbral de la pobreza».
La Organización Internacional del Trabajo estima que en todo el mundo entre 8,8 y 35 millones de personas más estarán en situación de pobreza laboral, frente a la estimación original para 2020 (que preveía una disminución de 14 millones a nivel global).
Se prevé, además, un aumento exponencial del subempleo, puesto que las consecuencias económicas del brote del virus se traducirán en reducciones de las horas de trabajo y los salarios.
La crisis del empleo afectará a determinados grupos y agravará la desigualdad. Entre los más vulnerables se encuentran: las personas con afecciones de salud, las personas mayores que tienen mayor riesgo de desarrollar problemas de salud graves; también los jóvenes -que ya enfrentan tasas más altas de desempleo y subempleo- son más vulnerables a la caída de la demanda laboral, como se observó durante la crisis financiera mundial.
Igual las mujeres quienes también tienen menos acceso a la protección social y soportarán una carga desproporcionada de la llamada economía del cuidado, en el caso de cierre de escuelas, los trabajadores desprotegidos, entre ellos los trabajadores independientes, los ocasionales y los trabajadores por encargo es probable que se vean afectados de manera desproporcionada por el virus, ya que no tienen acceso a mecanismos de licencia remunerada o por enfermedad, y están menos protegidos por los mecanismos convencionales de protección social.
Y los trabajadores migrantes que son particularmente vulnerables al impacto de la crisis Covid-19, lo que limitará su capacidad de acceder a sus lugares de trabajo en los países de destino y regresar a sus familias, detalló la Organización Internacional del Trabajo en su informe.