Dulce Susana Jacobo Cruz, de origen morelense y estudiante de etnología de la Escuela Nacional de Antropología e Historia (ENAH), estuvo detenida cinco días en una estación migratoria de Tabasco, hasta que este fin de semana por fin pudo reencontrarse con su madre y amigos.
Las autoridades creyeron que era de Honduras, pues se encontraba acompañando a la caravana migrante desde su ingreso a territorio mexicano en el puerto Fronterizo El Ceibo, con el fin de realizar un trabajo de investigación sobre el fenómeno migratorio.
El pasado 20 de enero se registró un motín e intento de fuga en una estación migratoria de Ciudad Industrial, en Villahermosa, y en la revuelta la mujer fue detenida por no portar identificaciones.
Tras su liberación, acusó violaciones a sus derechos humanos por parte del Instituto Nacional de Migración (INM) y aseguró que las condiciones en que se retiene a los migrantes no son las adecuadas, pues las familias son separadas.
Su experiencia también resultó negativa -según narró- pues estuvo incomunicada, no se le dio asistencia alguna para corroborar que en efecto era mexicana y fue gracias a la presión ejercida en redes sociales como se puso atención a su caso. De lo contrario, pudo haber sido deportada a Honduras.
Sostuvo que los migrantes quisieron escapar el pasado lunes porque se les tenía hacinados en ‘el anexo’ una especie de bodega en la que no sabían siquiera qué pasaría con ellos.
Tras ser parte de la caravana, Dulce afirmó que al interior de las instalaciones del INM fue testigo de actos de intimidación y tortura hacia los migrantes detenidos, algunos incluso llevan semanas ahí.
“Había comentarios racistas por parte de integrantes de migración, algunos les dijeron a mis compañeros que ni siquiera Estados Unidos los quería, que por qué se estaban quejando, que lo único que podían hacer era deportarlos. Cuando los llevaron ahí no les dijeron que estarían detenidos”, declaró.
Estas personas están aisladas y son privadas de los artículos necesarios para su aseo personal, y cuando en los grupos vienen familias, estas se separan al entrar a los albergues pues se dividen entre hombres y mujeres, contó.
Respecto al motín en el albergue de Villahermosa el pasado lunes, refirió que se originó cuando los migrantes reaccionaron al rumor de que se estaban llevando a dos menores de edad.
Finalmente, aseguró que la Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH) le ofreció acompañamiento, por lo que solicitó a este órgano autónomo que atienda todas las denuncias de violaciones a los derechos humanos que hay en las estaciones migratorias (dos en Villahermosa y una en Tenosique). Con información de El Financiero.