Después de rechazar la oferta de entregarse a autoridades en lo que se analizan sus peticiones de asilo, migrantes fueron contenidos por elementos de la Guardia Nacional. El cuerpo de seguridad encapsuló a la Caravana de Centroamericanos que ingresó al país tras cruzar el río Suchiate.
Agentes de la Guardia Nacional, escudos en mano, formaron un cerco sobre la carretera para evitar el avance de los migrantes, alrededor de 300, entre los que había mujeres y niños. Los migrantes, provenientes en su mayoría de Honduras, lanzaron piedras a los efectivos mientras avanzaba el contingente de la Guardia Nacional, que buscaba impedirles el paso.
Los efectivos respondieron con gases lacrimógenos, según imágenes televisivas. Por algunos minutos, imperaron los golpes y empujones. El contingente fue rodeado por cuatro flancos en el punto donde descansaban bajo árboles, a un costado de la carretera federal Suchiate-Tapachula. Algunos extranjeros huyeron por un camino paralelo, mientras que otros se metieron a casas.
Personal del Instituto Nacional de Migración se acercó a los migrantes para informarles que tienen que respetar las leyes en materia migratoria. «Les pido de manera respetuosa que puedan abordar los autobuses», les dijo una funcionaria.
La servidora dijo que la condición de asilo deberán entregarla a las autoridades migratorias y cada caso será revisado antes de determinar si es procedente o no. Los elementos militares se desplegaron de Metapa de Domínguez, donde aguardaban el avance del éxodo, hacia Frontera Hidalgo. Antes un representante de los indocumentados rechazó la oferta de las autoridades.