La Administración de la Aeronáutica y del Espacio (NASA) logró entrar por primera vez a la atmósfera del Sol. El un hecho histórico fue logrado por la sonda solar Parker, el satélite a cargo de la misión casi imposible que ha proporcionado los primeros datos de lo que hay dentro de la corona del Sol.
En un primer vistazo al borde de un millón de grados, Parker reveló que se trata de una estrella mucho más agresiva de lo que se esperaba. Los científicos observaron explosiones de partículas de energía nunca vistas antes a una escala tan pequeña, además de reversiones similares a cambios en el campo magnético que parece dominar el viento solar.
Nicola Fox, de la NASA, comparó este inesperado fenómeno de retroceso con el restallido de un látigo. “Son sorprendentes y es difícil no pensar que, de algún modo, son importantes en todo el problema”, señaló Stuart Bale, de la Universidad de California, Berkeley, que formó parte del equipo.