En toda Gran Bretaña e Irlanda del Norte miles de personas protestaron contra la decisión del primer ministro Boris Johnson de suspender el Parlamento durante aproximadamente un mes antes de la fecha límite para que el país abandone la Unión Europea.
Johnson se ha comprometido a sacar a Reino Unido de la Unión Europea el 31 de octubre con o sin un acuerdo sobre las futuras relaciones con el bloque. La decisión de cerrar el Parlamento durante aproximadamente un mes en el período anterior obstaculizará los esfuerzos de sus oponentes para impedirlo.
Alrededor de 2,000 personas se reunieron frente a su oficina en Downing Street, coreando: “¡Johnson mentiroso, debería darte vergüenza!” Un cartel decía: “Detén el golpe de Estado. Defiende nuestra democracia. Salva nuestro futuro”.
El Gobierno dice que es habitual que el Parlamento se suspenda antes de que un nuevo primer ministro esboce su programa político en un discurso de la Reina, ahora programado para el 14 de octubre. Sus partidarios también dicen que el Parlamento suele reunirse a finales de septiembre, cuando los principales partidos políticos celebran sus conferencias anuales.
Pero sus críticos dicen que la suspensión, conocida como “prórroga”, es extraordinariamente larga y describen la medida como un intento apenas velado de reducir el tiempo que los diputados tendrán para debatir antes de que el Reino Unido abandone la UE a finales de octubre.
Los diputados de la oposición quieren evitar el cierre del Parlamento y aprobar leyes para evitar un Brexit sin acuerdo cuando regresen de las vacaciones de verano el martes. Además de en Londres, se programaron protestas en otras ciudades importantes de las cuatro naciones del Reino Unido, es decir Inglaterra, Escocia, Gales e Irlanda del Norte.
Unas 100 personas protestaron frente al ayuntamiento de Belfast, la capital de Irlanda del Norte, que se ha convertido en el centro de atención de las negociaciones de Brexit, ya que tiene la única frontera terrestre del Reino Unido con la Unión Europea.
Manifestantes consultados dijeron que el Gobierno no había tomado en cuenta la importancia de la cuestión fronteriza. “Lo que más me asusta es que no aprecian lo que es importante para Irlanda del Norte. No estamos en su radar”, dijo Graham Glendinning, un trabajador de software de 49 años. “La frontera no significa nada para ellos y les importa un bledo”.