Muchas veces utilizamos y reutilizamos una botella de plástico. Una vez que se termina, se le vierte agua de un bidón para usarse de nuevo. Sobre todo, los pequeños recipientes suelen ser la opción preferida de que quienes corren, entrenan, incluso de estudiantes. Sin embargo, estas «inocentes botellas» esconden un potencial riesgo para la salud.
Según Treadmill Reviews, que compila investigaciones de expertos en el mundo fitness, beber un trago de una botella reutilizada sería equivalente a lamer la tapa del inodoro. Por más grotesca que suene la comparación, cada recipiente contiene cientos de miles de bacterias dentro.
La investigación siguió durante una semana las botellas de plástico reutilizadas con las que se hidrató un atleta. Una de ellas, la más contaminada, tenía 900 mil unidades de bacterias. Un promedio que supera con creces, según los expertos, a los que tiene la tapa de un inodoro.
No solo eso. El estudio encontró que el 60% de los gérmenes hallados en los recipientes tenían el potencial de enfermar a una persona. La doctora Marilyn Glenville dijo que lo allí encontrado «pueden tener efectos en cada sistema del cuerpo» y recomendó que, en lugar de reutilizar las botellas de plástico, se las recicle antes.
No obstante este estudio despertó dudas porque no se informó el tratamiento que tuvieron las botellas. Si estuvieron en contacto con el suelo u otras superficies contaminantes. Tampoco estableció una comparación entre los recipientes que se lavaron antes de reutilizar y los que no. Sin embargo, no es la primera investigación que sigue esta línea.
Otro estudio de 2002, publicado en la revista Canadian Journal of Public Health, determinó que dos tercios de las 76 botellas de agua que utilizaban estudiantes de primaria superaban los límites de bacterias recomendados. Algunos de esos recipientes habían pasado hasta seis meses sin lavarse.