La Policía de Chile informó que una familia brasileña completa que rentó un departamento por medio de la plataforma Airbnb en Santiago desafortunadamente murió intoxicada por monóxido de carbono. Las víctimas fueron Fabio de Souza y Débora Muniz, de 41 y 38 años, Felipe Nascimento, de 13, y Karoliny, quien cumpliría 15; así como el hermano de Débora y su esposa. Todos ellos habían viajado para festejar los 15 años de Karoliny y celebrarlo juntos en ese país.
La familia todavía intentó reaccionar pero fue demasiado tarde, los familiares en Brasil reportaron que había recibido varias llamadas desde apartamento, en una llamada, uno de ellos decía: “estamos contaminados, estamos en shock”. Llamaron para alertar a sus familiares en Brasil de los síntomas que estaban sufriendo y porque las autoridades chilenas no llegaban y cada vez se sentían peor.
Familiares relataron que en otra llamada les dijeron que creían haberse contagiado de un virus que paralizaba las articulaciones y que tenían mareos y vómitos. Sin embargo, no sabían de dónde provenía el problema y no encontraban solución. Finalmente en otro audio una mujer decía que su hijo se estaba muriendo, que lo habían metido en agua caliente, pero parecía empeorar. Ese fue el último mensaje que recibieron y a partir de ahí no supieron más de ellos.
La autoridad chilena detalló que el apartamento rentado a través de Airbnb no tenía su certificado de uso de gas al día. Por su parte la empresa Airbnb confirmó que se trataba de una propiedad gestionada por ellos y “lamentó la tragedia”.
La empresa en un comunicado argumentó: “La seguridad de nuestra comunidad es nuestra prioridad. Se han registrado más de 500 millones de llegadas de viajeros a espacios en Airbnb y los incidentes negativos son extremadamente raros. Incluso así trabajamos constantemente para mejorar la plataforma, nuestras políticas y nuestras medidas de protección porque incluso un accidente es demasiado”.
Al respecto la Superintendencia de Electricidad y Combustible (SEC) de Chile reveló que el edificio donde ocurrió el accidente, situado en el barrio Bellas Artes, no contaba con un sello verde, un certificado que acredita que las instalaciones de gas están funcionando de manera correcta.
La dependencia gubernamental realiza ya una investigación para aclarar el origen del accidente, centrada en los tres artefactos a gas que estaban en funcionamiento ese día al interior del departamento: un calefactor, una estufa y una cocina a gas.