El gobierno de China ha puesto en órbita satélites para revolucionar las comunicaciones y la navegación en futuras misiones a la Luna. La Administración Nacional Espacial China (CNSA) ha calificado de «éxito total» el lanzamiento del satélite de retransmisión de señales Queqiao-2 el pasado 20 de marzo, junto a sus compañeros mini satélites Tiandu-1 y Tiandu-2.
Queqiao-2, cuyo nombre se inspira en un puente mitológico formado por urracas, actuará como un crucial enlace comunicativo para las misiones de sondeo lunar en la cara oculta de la Luna, un sector que, al no tener visión directa con la Tierra, plantea significativos desafíos para la transmisión de datos. Según ha reportado la CNSA, este satélite facilitará las comunicaciones al menos hasta 2030.
La misión ya ha comenzado a dar frutos, con uno de los satélites transmitiendo una impresionante imagen infrarroja que revela la rugosa superficie de la cara oculta lunar y una distante visión de nuestro propio planeta.
Satélite Queqiao-2 como plataforma de retransmisión
Además de su rol en la próxima misión Chang’e-6, que buscará recoger muestras de una antigua cuenca lunar en mayo, Queqiao-2 también será esencial para las futuras misiones Chang’e-7 y Chang’e-8, planificadas para 2026 y 2028 respectivamente. Estas misiones se beneficiarán del satélite como plataforma de retransmisión, según declaraciones de la CNSA recogidas por la televisión estatal CCTV.
Xiong Liang, el investigador y desarrollador detrás de Queqiao-2, lo ha descrito en CCTV como «el interruptor principal» para la cuarta fase de las misiones lunares chinas, destacando que «solo cuando el interruptor principal esté encendido, podrán ponerse en marcha todas las comunicaciones».
El satélite alcanzó su órbita elíptica deseada el 2 de abril tras una serie de maniobras clave, incluyendo una corrección de trayectoria y un frenado cercano a la Luna. Desde entonces, ha establecido comunicación con el Chang’e 4, que fue la primera nave en alunizar suavemente en la cara oculta y que sigue operativa, así como con la sonda Chang’e-6.
Este hito se da tras el reciente fracaso de otro lanzamiento, el del satélite DRO-A/B, que no logró alcanzar la órbita retrógrada distante de la Luna. Aún no está claro si los satélites lanzados podrán ser recuperados en el futuro.
Con información de Reuters, Live Science y DW