Un fenómeno sorprendente y más común de lo que podrías imaginar es el lagoftalmos, una condición que impide el cierre completo de los párpados durante el sueño. Según revela un estudio reciente, hasta un 20% de las personas experimentan esta situación, la cual puede desencadenar diversos problemas oculares profundicemos en esta curiosa y preocupante realidad que puede afectar tu descanso y tu visión.

El lagoftalmos, como describe el director del Instituto Universitario Fernández-Vega (IOFV), Jesús Merayo, puede causar molestias como irritación ocular, sensación de cuerpo extraño en el ojo e incluso visión borrosa al despertar. Aunque no interfiere directamente con conciliar el sueño, sus efectos secundarios pueden ser significativos, como la diplopía, esa molesta percepción de visión doble al despertar.

Merayo advierte sobre la importancia de dormir con los ojos cerrados, ya que este hábito no solo regula los ciclos de sueño, sino que también protege e hidrata los globos oculares, evitando problemas como el ojo seco. La falta de cierre adecuado de los párpados puede conducir a complicaciones más graves, como abrasiones corneales o úlceras en la córnea.

Pero el tema va más allá el síndrome de apneas-hipopneas del sueño (SAHS), un trastorno respiratorio común durante el sueño, puede tener consecuencias negativas para la visión. La interrupción repetida de la respiración durante la noche puede reducir el flujo de oxígeno al cerebro y, por ende, a las estructuras oculares, aumentando el riesgo de problemas como el glaucoma o la trombosis venosa.

La relación entre el sueño y la salud ocular es profunda y compleja. Además del SAHS, la falta de sueño adecuado puede afectar la fase REM (Rapid Eye Movement), esencial para la consolidación de la memoria y la calidad del descanso durante esta fase, los ojos experimentan movimientos rápidos, aunque no envían información visual, lo que puede influir en la calidad de los sueños y, en última instancia, en el bienestar general.

La falta de sueño también tiene repercusiones evidentes en la salud física y emocional, pero rara vez se considera su impacto en la salud visual. Desde ojeras hasta irritación ocular, los signos de fatiga pueden ser tanto molestos como indicativos de problemas subyacentes es esencial, como menciona Merayo, dedicar tiempo suficiente al sueño para permitir que nuestros ojos descansen y se regeneren adecuadamente.

Por supuesto, en esta era digital, la fatiga visual es un problema extendido, especialmente entre aquellos que utilizan pantallas durante la noche. La fatiga ocular puede manifestarse como sequedad, visión borrosa e incluso dolores de cabeza, aunque suele desaparecer con el descanso adecuado sin embargo, el exceso de pantalla también puede afectar los movimientos oculares, causando tics o movimientos involuntarios del párpado.

En resumen, el sueño es crucial no solo para el bienestar general, sino también para la salud ocular. Es fundamental prestar atención a los signos de fatiga visual y adoptar hábitos que promuevan un descanso óptimo, como limitar el uso de pantallas antes de acostarse y asegurarse de dormir en un entorno propicio para el descanso tu visión te lo agradecerá.

 

Por Redaccion Digital

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