A finales del siglo XIX se produjo la denominada oleada de aeronaves de 1896-1897, también referidas como dirigibles misteriosos o dirigibles fantasma, aludiéndose a la visión de una clase de objetos voladores no identificados reportados a partir de una serie de informes periodísticos originados en el oeste de Estados Unidos y que se extendieron hacia el este del país desde finales de 1896 hasta principios de 1897. Se consideran la antesala y los predecesores culturales de los modernos avistamientos de ovnis.
Parece que la palabra OVNI se ha pasado de moda. Los Objetos Volantes No Identificados (UFO por sus siglas en inglés), parecen evocar a un pasado más cercano al cine de ciencia ficción que a las investigaciones serias sobre.
Quizá por eso la NASA ha creado un equipo de expertos dedicado a investigar los Fenómenos Aéreos No identificados (FANI), el nuevo acrónimo utilizado la agencia estadounidense para denominar los avistamientos aéreos inexplicables, ya sean aviones o fenómenos naturales, y para los que las autoridades de defensa no han encontrado una explicación convincente.
9 meses estudiando fenómenos extraños
La nueva investigación independiente, que se espera dure 9 meses, sentará las bases para futuros estudios sobre este fenómeno y elaborará una hora de ruta para el posible análisis de datos en el futuro. Eso sí, para evitar elucubraciones, la agencia espacial únicamente se basará en datos desclasificados sobre avistamientos extraños difundidos por las autoridades oficiales, como el documento desclasificado por el Departamento de Defensa el año pasado en el que se afirmaba que no existía una explicación razonable al avistamiento de 120 objetos voladores identificados entre los años 2004 y 2021.
“Algunos FANI parecían permanecer inmóviles en los vientos de altura, moverse contra el viento, maniobrar bruscamente, o moverse a una velocidad considerable, sin medios discernibles de propulsión”, puede leerse en el informe desclasificado.
«Explorar lo desconocido en el espacio y en la atmósfera es la esencia de lo que somos en la NASA», dijo Thomas Zurbuchen, administrador asociado de la Dirección de Misiones Científicas en la sede de la NASA en Washington. «La comprensión de los datos que tenemos en torno a los fenómenos aéreos no identificados es fundamental para ayudarnos a sacar conclusiones científicas sobre lo que está sucediendo en nuestros cielos. Los datos son el lenguaje de los científicos y hacen que lo inexplicable sea explicable», concluyó.
Seguridad aeroespacial
Según explican desde la agencia espacial Estadounidense, los fenómenos aéreos no identificados no solo son relevantes para la seguridad nacional, sino también para la seguridad aeroespacial, por lo que el acceso a datos desclasificados e informes sobre la materia podría ayudar a mejorar la seguridad de las aeronaves encargadas de futuras misiones espaciales. Según fuentes institucionales, la investigación estará liderada por el propio Daniel Evans, administrador adjunto de la NASA, quien dirigirá un equipo formado por 16 personas, entre científicos y expertos, entre los que se incluye el astronauta Estadounidense Scott Kelly y la periodista Nadia Drake, colaboradora habitual de National Geographic.
El equipo de investigación estará formado por 16 especialistas entre los que se incluyen científicos, expertos e incluso una periodista.
«La NASA ha reunido a algunos de los principales científicos del mundo, profesionales de los datos y la inteligencia artificial, expertos en seguridad aeroespacial, todos con un encargo específico, que es decirnos cómo aplicar todo el enfoque de la ciencia y los datos relativos a fenómenos no identificados”, aseguró Evans en un comunicado de la agencia espacial en el que se especifica que las conclusiones serán publicados a mediados de 2023».
El nuevo grupo no buscará necesariamente determinar exactamente qué son los fenómenos aéreos no identificados que se han visto moverse a través del espacio aéreo militar restringido durante las últimas décadas. Más bien, el equipo intentará encontrar la mejor manera de abordar un estudio más profundo del fenómeno.