El terreno de casi 400 hectáreas en donde se construirá la refinería en Dos Bocas, Paraíso, mantiene en su interior un “lago artificial” que se alimenta de aguas negras, lo que ha provocado la “preocupación” por parte de las autoridades locales.
El gobernador Adán Augusto López Hernández solicitó el apoyo de la embajada del Reino de los Países Bajos para desarrollar un proyecto que ayude a frenar la contaminación de la zona, además de conseguir que las aguas sean tratadas para llevarlas hasta el mar. Se informó que se tiene proyectado construir dos plantas de tratamiento, pero aún no se determina que esa sea la solución final.
Técnicos de Petróleos Mexicanos (Pemex) y el Instituto Mexicano del Petróleo se encuentran trabajando en el tema en conjunto con las dependencias estatales, no sólo porque es algo que afecta a la obra de carácter federal, sino que constituye un problema de salud pública.
Dijo que por Paraíso pasa el río seco, que viene desde Cárdenas y pasa por Paraíso, donde hay un tapón natural que, afortunadamente, impide que el agua llegue a la laguna de Mecoacán, uno de los centros de producción más importantes de ostión. “Pero no hemos sido capaces de solucionar el problema de las aguas negras” acotó.
Destacó que el manto freático de Paraíso ya tiene problemas “graves”, por lo que insistió en que se requiere el apoyo de Holanda para contar con asesoría con el fin de garantizar que se construyan obras necesarias y eficientes.
Con información de El Financiero