Ser mentalmente fuerte es uno de esos atributos personales del que todo el mundo puede beneficiarse. Todos nos encontramos con retos y dificultades personales y laborales en nuestra vida, por ello, la capacidad de permanecer fuerte psicológicamente es muy valiosa.
En un mundo en el que estamos constantemente inundados por la presión del éxito, el cambio y el crecimiento, resulta increíblemente necesario poseer una gran fortaleza mental. No obstante, entre los competidores que lo hacen mejor que tú, los riesgos de fracasar y el miedo a un desafío que pueda destruir todo en lo que has trabajado, la fortaleza mental parece imposible de conseguir.
¿Cómo se puede mantener la fe en uno mismo y en sus capacidades cuando es tan fácil desmoronarse ante la adversidad? La respuesta… está en los pequeños hábitos. Puede parecer que la fortaleza mental y la confianza en sí mismo son algo con lo que se nace, sin embargo, la verdad es que son cualidades que se pueden cultivar.
A continuación, descubre exactamente cómo puedes convertirte en el tipo de persona con fortaleza mental que siempre has admirado desde lejos…
1. Exige que te responsabilices de tus actos
Si hay algo que aprenderás de algunas de las mejores historias de éxito que leerás, es que las personas más inteligentes del mundo no se dan tregua. Culpar a la gente de los fracasos en los que has intervenido parece que puede salvarte en ese momento, pero en realidad no te sirve a largo plazo. Para cultivar tu fortaleza mental y tratar de hacerlo mejor, tienes que hacer un balance de las cosas que has hecho y de las que eres responsable. Cuanto más conviertas eso en un hábito, menos probable será que te asustes por las catástrofes.
2. Sal de tu zona de confort
Las cosas siempre son espléndidas en el radio mental de tres kilómetros en el que te sientes más seguro, pero elegir permanecer en él te pone en peligro. Todo lo que no estás acostumbrado a hacer y experimentar te acaba pasando factura. La forma de remediarlo es fácil: empieza con las cosas pequeñas que te asustan y ve construyendo a partir de ahí. Ve a un viaje en solitario si nunca lo has hecho, siéntate con tu contador y entiende cómo llevar tus propias finanzas, en el trabajo, pide asumir una tarea fuera de tu ámbito; todo suma.
3. Analiza tus errores
Otro hábito de aquellos que poseen una gran fortaleza mental y disfrutan del éxito es analizar las cosas en las que has errado. Cometer errores es lo más normal del mundo, pero tu reacción ante ellos es lo que realmente cuenta. Si huyes de las consecuencias de tus errores, alimentas tu debilidad y es probable que vuelvas a hacerlo y pierdas más confianza. En cambio, vuelve atrás, analiza la situación y descubre en qué te equivocaste. Así, la próxima vez que te encuentres en esa posición, estarás mucho más seguro de lo que debes hacer.
4. Practica decir “no”
Aunque pueda parecer lo más natural para la mayoría de nosotros, que no somos conflictivos, nada puede perjudicar tu salud mental como complacer a todos aquellos que te rodean. Decir “sí” a los retos puede ser estupendo (y hablaremos de ello más adelante), pero decir “sí” a la gente en todo momento es terriblemente insano. Se te reconocerá rápidamente por tu incapacidad para rechazar cosas y te verás sobrecargado por las exigencias y expectativas de los demás. Acostúmbrate a decir “no”. La gente ya te lo ha dicho mil veces, ¿no es cierto? ¡Es hora de trabajar en tu fortaleza mental!
5. Corta con las amistades y relaciones tóxicas
Las personas tóxicas no solo son una gran pérdida de tiempo, sino que también suponen un enorme drenaje de tu energía y estado emocional. Ciertas personas se convierten en nuestras “debilidades” con el paso del tiempo y con frecuencia aprenden rápidamente a aprovecharse de ello.
La responsabilidad de separar el grano de la paja recae sobre ti. Piensa en ello como una limpieza de tu closet, descubrirás que muchas cosas ya no te gustan (o ya no te quedan) y ya no deberían estar ahí, pero posiblemente no habías tenido tiempo de deshacerte de ellas. Te encontrarás con más espacio en tu guardarropa y espacio mental para las cosas que en realidad te importan, como finalmente trabajar en tu fortaleza mental.
6. Reconoce tus puntos débiles
Conocer tus puntos fuertes y aprovecharlos es un arte, pero la otra cara menos conocida de ese arte es reconocer y tener en cuenta tus puntos débiles. Creer que eres invencible solo te prepara para una caída mayor, de la que luego es difícil recuperarse mentalmente. Las mentes más inteligentes y fuertes de una sala suelen saber exactamente en qué son buenos y en qué no para poder planificar. No puedes trabajar en algo si no crees que existe.
7. Aprende a mantener tus emociones bajo control
Por supuesto, es lo más humano del mundo emocionarse. Lo que se convierte en algo perturbador (y no de una manera genial y tecnológica) es dejar que esas emociones sobrepasen tu fortaleza mental y se apoderen de todo. La idea no es convertirse en un robot sin sentimientos al que no le importan las cosas; se trata simplemente de controlar los sentimientos para que dicten el curso de la acción. Las personas con fortaleza mental pueden sentir las cosas tanto como los demás posiblemente más, no obstante las mantendrán bajo control a la hora de tomar decisiones difíciles.
8. Dividir los retos en partes
Si miras una montaña desde lejos, llegar a la cima parece una tarea aterradora e insuperable. Si te acercas, es simplemente un gran trozo de roca que tienes que empezar a escalar, y a medida que avanzas paso a paso, te abres camino hacia la cima. Los retos que merecen la pena son siempre grandes y aterradores, pero míralos como un todo desalentador y tendrás demasiado miedo para enfrentarte a ellos. En su lugar, lo mejor es hacer uso de la fortaleza mental, dividir el reto en partes o fases y ocuparte de ella una en una.
9. Sigue estableciendo nuevos objetivos
La forma más sencilla de decirlo es esta: la complacencia es el enemigo de la fuerza. La fortaleza mental, al igual que la fuerza física, necesita peldaños para subir. Piénsalo así: cuando dominas el levantamiento de pesas de 10 kg en el gimnasio, progresas a 15 y 20 y así sucesivamente. La fortaleza mental no es muy diferente: cada gran reto que logras te hace más fuerte y capaz de asumir uno aún mayor. La clave está en seguir marcándote nuevas metas en lugar de sentarte y creer que has llegado a tu límite cuando hay una parte de ti que sabe que no lo has hecho.
10. Reconocer el miedo y planearlo
La famosa cita de Nelson Mandela lo resume a la perfección. “El valor no es la ausencia de miedo, sino el triunfo sobre él”. Tener miedo de las cosas, o pensar que no eres capaz de hacerlas, es el sentimiento más normal del mundo. Sin embargo, la diferencia clave entre las personas que parecen no tener miedo y se enfrentan al mundo y las que no lo tiene.
Es que las primeras no se privan de reconocer su miedo y trabajar para superarlo. Desmonta tu miedo y pregúntate cuál es el peor resultado posible si lo intentas, y ¿sería realmente mucho peor que el resultado si no te molestaras en intentarlo?