Un mercado animal en la ciudad china de Wuhan fue el epicentro de la pandemia de COVID-19, según dos nuevos estudios que publicó la revista Science y que alegan haber inclinado la balanza en el debate sobre el origen del virus.
Responder el interrogante sobre si la enfermedad surgió de forma natural de animales a humanos, o si fue resultado de un accidente de laboratorio, es considerado vital para evitar la próxima pandemia y salvar millones de vidas.
Contagios alrededor del mercado Huanan
El primer artículo analizó el patrón geográfico de los casos de COVID-19 en el primer mes del brote, en diciembre de 2019, y mostró que los primeros contagios se aglomeraban alrededor del mercado Huanan.
El segundo estudió la información genómica de los primeros casos para analizar la evolución temprana del virus, concluyendo que era improbable que circulara ampliamente entre humanos antes de noviembre de 2019.
Ambos fueron anteriormente publicados como preimpresiones, pero ahora fueron sometidos a una revisión científica por pares y aparecen en una prestigiosa revista.
«Comercio de animales silvestres en el mercado de Wuhan»
Michael Worobey, de la Universidad de Arizona y coautor de ambos artículos, pidió previamente en una carta a la comunidad científica ser más abierta a la idea de que el virus fue resultado de una filtración de laboratorio.
Pero los hallazgos lo llevaron «al punto donde ahora también pienso que simplemente no es posible que este virus fuese introducido de ninguna otra forma que mediante el comercio de animales silvestres en el mercado de Wuhan», dijo a periodistas en una llamada.
Aunque la investigación previa se había enfocado en el mercado de animales vivos, los investigadores querían más pruebas para determinar que realmente fuese el origen del brote, no su amplificador.
Esto requirió un estudio a escala de vecindarios dentro de Wuhan para asegurarse de que el virus era «zoonótico», es decir que saltó de animales a personas.
Herramientas de mapeo
El equipo del primer estudio usó herramientas de mapeo para determinar la ubicación de la mayoría de los primeros 174 casos identificados por la Organización Mundial de la Salud, encontrando que 155 de ellos estaban en Wuhan.
Estos casos se acumulaban alrededor del mercado, y algunos de los primeros pacientes sin historia reciente de visitar el mercado vivían muy cerca.
Los mamíferos que hoy se sabe son infecciosos, entre ellos zorros rojos, tejones y perros mapaches, todos se vendían vivos en el mercado, según el equipo.
También relacionaron muestras positivas de pacientes de comienzos del 2020 con los de la parte oeste del mercado, que vendía animales vivos o recién descuartizados a finales de 2019.
Los primeros casos contrastaron con cómo se propagó por el resto de la ciudad entre enero y febrero, que los investigadores confirmaron al perforar los datos de registro en redes sociales de la aplicación Weibo.
«Esto nos dice que el virus no estaba circulando crípticamente», dijo Worobey en un comunicado. «En verdad se originó en ese mercado y se propagó desde allí».
Dos linajes del virus en febrero de 2020
Los investigadores concluyen que antes de febrero de 2020 existían dos linajes del virus, el A y el B, y que ambos fueron el resultado de dos eventos separados de transmisión a humanos, los dos en el mercado de Wuhan.
Estudios anteriores habían sugerido que el linaje B había evolucionado a partir del A.
Bajo este escenario, probablemente existieron otras transmisiones animales a humano en el mercado que no llegaron a manifestarse como casos de COVID-19.
El estudio concluye que era poco probable que hubiese circulación en humanos antes de noviembre de 2019.
«¿Hemos refutado la teoría de la fuga del laboratorio? No, no lo hemos hecho. ¿Podremos saberlo alguna vez? No», dijo el coautor Kristian Anderson, del Scripps Research Institute.
«Pero pienso que lo verdaderamente importante aquí es que hay escenarios posibles y hay escenarios plausibles, y es realmente importante entender que posible no significa igualmente probable».
OMS: estudios son útiles, pero no suficientes
Por su parte, según alertó la jefa del equipo técnico anticovid en la OMS, María Van Kerkhove, los dos estudios arrojan luz, pero no son suficientes para entender el inicio de la pandemia.
«Desafortunadamente, necesitamos que se hagan más estudios en China y otros lugares para entender realmente las primeras fases» de la crisis sanitaria, indicó en rueda de prensa la experta de la Organización Mundial de la Salud (OMS).
La epidemióloga estadounidense aseguró que lo verdaderamente crítico es estudiar «de dónde provenían los animales vendidos en los mercados de Wuhan» para rastrear esas granjas y a sus trabajadores.
«Sigue habiendo muchas preguntas sin respuesta y damos la bienvenida a que haya más estudios científicos para acercarnos a un entendimiento de cómo comenzó la pandemia», insistió Van Kerkhove, quien indicó que esto es especialmente importante de cara a brotes futuros de otras enfermedades.
«Seguirá habiendo casos de ‘desbordamiento’ (paso de un virus zoonótico a los seres humanos), como estamos viendo ahora con la viruela del mono o la enfermedad de Marburgo», afirmó la directora técnica. Con información de AFP, EFE y DW