Los moscovitas se despidieron esta semana de marcas como McDonald’s y Starbucks, símbolos de la apertura de Rusia a Occidente que decidieron suspender sus actividades debido al conflicto en Ucrania.
McDonald’s Corp anunció que cerrará temporalmente sus 847 restaurantes en Rusia, aumentando la presión sobre otras marcas globales para que detengan sus operaciones en el país tras la invasión de Ucrania por parte de Moscú.
Símbolo icónico del floreciente capitalismo
El cierre de los restaurantes de McDonald’s también tendrá una importancia simbólica en Rusia, donde el primer local que se abrió, en el centro de Moscú en 1990, se convirtió en un símbolo icónico del floreciente capitalismo estadounidense cuando cayó la Unión Soviética. McDonald’s dijo que seguiría pagando los salarios a sus 62.000 empleados en Rusia. Debido a su gran tamaño y alcance mundial, la cadena suele ser copiada por otras empresas si adopta una postura sobre un tema o realiza un cambio operativo importante.
McDonalds closes restaurants and suspends operations in Russia.
This is footage from when the first ever McDonalds opened in the Soviet Union in 1990 in Moscow.
Queues literally round the block #Russia #McDonalds pic.twitter.com/XJGmy8S1Mn
— Danny Armstrong (@DannyWArmstrong) March 9, 2022
McDonald’s de la plaza Pushkin
A Lena Sidorova, una estudiante de danza de 18 años, le gustaba acudir al emblemático McDonald’s de la plaza Pushkin, el primer lugar de comida rápida estadounidense que abrió sus puertas en Rusia a final de 1990, en plena efervescencia bajo la perestroika.
No muy a menudo, pero sí una vez al mes, para no romper la dieta con demasiada frecuencia», sonríe Lena, antes de decir que se sintió «triste» al enterarse del cierre de su «paraíso de la mala comida».
«Culpa de Occidente»
«Espero que sea una medida temporal», agrega la joven, para quien las sanciones «no son culpa de Rusia, sino de Occidente».
McDonald’s, que tiene 850 locales en Rusia, es el lugar preferido de otros dos moscovitas, Stepan Grountov y Stanislav Logvinov, dos estudiantes de una universidad de transportes.
«Es verdaderamente triste, pero ¿cuál es la relación entre McDonald’s (y el conflicto en Ucrania)?», se pregunta Stepan, un bielorruso de 17 años. Para él, el cierre de este lugar donde «todo el mundo va como a una fiesta» es «una tragedia».
«Pero la verdadera tragedia es la que ocurre actualmente en Ucrania, donde se enfrentan dos pueblos hermanos», agrega el joven.
El estudiante sueña con el día en que «los cohetes dejen de llover sobre las ciudades» y «se encuentre un compromiso».
«El Donbás sí vale un Mcdonald’s»
«Las vidas que se salvan en el Donbás son mucho más importantes que comer bien», dice su compañero Stanislav, de 18 años.
«¡Que cierren si quieren!», reacciona Nikolai Kopylov, de 42 años, que sale del restaurante con un Big Mac en la mano. «El Donbás sí vale un Mcdonald’s», añade.
«No puedes retener a un invitado en casa si quiere irse», dice Ilia Borodinov, de 34 años, que suele ir a McDonald’s con su hija de 7 años.
Cierre temporal de Starbucks
Lo mismo ocurre con los clientes habituales de otra cadena estadounidense, Starbucks, que también anunció el cierre temporal de sus 130 cafeterías rusas.
Svetlana Issaieva, gerente de 42 años, toma su café preferido en un Starbucks al lado del Kremlin antes de empezar su clase de deporte. «Me gusta su café que me recuerda siempre mis años de trabajo en Estados Unidos» hace veinte años, cuenta.
Al lado, Aliona, de 23 años, trabaja en su computadora. Refugiada del Donbás, llegó a trabajar a Moscú hace 18 meses y dice estar «conmocionada» por la decisión de las grandes marcas occidentales de cerrar sus puertas en Rusia.
«Castigo a la clase media prooccidental»
«Occidente siempre ha marcado la diferencia entre el Gobierno y el pueblo», señala. «Pero aquí están castigando precisamente a ese 20 % de la población, a esa famosa clase media tradicionalmente considerada prooccidental», dice esta joven que prefiere no dar su apellido. Con información de DW