En Latinoamérica, el regreso a clases presenciales debe darse de manera inmediata y no está sujeta a una vacunación masiva contra covid de niños sanos, los cuales presentan enfermedad leve, con rápida resolución en casa, aseguró la Organización Panamericana de la Salud (OPS).
“Altas tasas de vacunación de los niños no son un requisito preliminar para la reapertura de las escuelas”, aclaró Carissa F. Etienne, directora de la OPS.
“Antes de considerar la vacunación de niños sanos, los países deben de cerciorarse de otorgar cobertura a grupos con riesgo más alto de contraer covid-19 y de morir. En muchos países, en especial en nuestras islas y los territorios del Caribe, la cobertura entre grupos de riesgo y personal sanitario sigue siendo baja”, aseveró.
Y aunque, dijo, la semana pasada el grupo de expertos de la OMS en vacunación autorizó la vacuna Pfizer entre niños de cinco a 12 años, la recomendación es que este grupo sea inmunizado hasta que se haya protegido a los sectores más vulnerables.
Si duda, precisó Etienne, los menores son susceptibles de enfermarse y de transmitir el virus por no estar vacunados, la enfermedad en este sector de “niños saludables” se presenta de manera “moderada y se trata en el hogar; se están recuperando y tienen un buen pronóstico”, por lo que retrasar su educación sólo acentuará las ya demostradas consecuencias mentales, sociales y las oportunidades de desarrollo futuras.
El foco rojo se ubica entre los menores con comorbilidades y factores de riesgo como diabetes y con asma. “Las hospitalizaciones y los casos graves son más frecuentes en niños con enfermedades subyacentes o preexistentes, y rara vez entre niños saludables”, subrayó.
La educación presencial, aseveró, forma parte de “los servicios esenciales antes de la pandemia y siguen siendo fundamentales en la respuesta contra covid-19, de manera que los niños no están en un riesgo más grande”, aseveró la directora de la OPS.
“Nuestros niños siguen enfrentándose a la peor crisis educativa que hayamos visto alguna vez en esta región con millones de niños que aún no han regresado a las aulas. Y cada día que estos niños dejan de asistir a la escuela, tienen una mayor posibilidad de que dejen para siempre la escuela, que no regresen y esto tendrá consecuencias para toda la vida.
“Lo más importante que pueden realizar los países para sus niños es volver abrir las escuelas para que estos niños estén protegidos en cuanto a su bienestar físico, mental y social. Los ministerios de salud, de educación y de protección social deben de colaborar para llevar a tantos niños como sea posible una vez más a las escuelas, de manera segura. El aprendizaje virtual no puede ni debe de reemplazar la escolaridad presencial. Para algunos niños, las escuelas son refugio seguros para aprender, socializar, recibir apoyo mental y tener acceso a una comida nutritiva”, abundó la titular de la OPS.
El aprendizaje presencial, explicó, debe acompañarse del uso de mascarillas de gran calibre, de distanciamiento social, garantizando la ventilación adecuada. Son las medidas seguras que los países pueden aplicar para reabrir con seguridad las escuelas.
“También instamos a los padres y a los cuidadores a que los niños se pongan al día con la vacunación sistemática y los lleven a las consultas médicas”, dijo Etienne tras referir que los esquemas incompletos de la vacunación tradicional representan, en realidad, un real riesgo.
“En los últimos dos años, millones de niños en las Américas faltaron a las consultas sistemáticas con el médico y quedaron rezagados con respecto a las vacunaciones sistemáticas. De hecho la cobertura vacunal ha caído tan bajo, que los países están en riesgo de perder dos décadas de avance realizado en vacunación.
“Como resultado, los países están comenzando a ver brotes de enfermedades que durante años estaban bajo control: Brasil, por ejemplo, está combatiendo un brote en curso de sarampión, mientras que Haití y República Dominicana están combatiendo el contagio de difteria en curso que amenaza tanto el crecimiento como el desarrollo de los niños”, aclaró.