En Alemania, en noviembre de 2020, una patrulla de policía tocó a la puerta de una granja en Klötze, Sajonia-Anhalt, este de Alemania. Los agentes solicitaron ser llevados al sótano. Allí, según la Policía, encontrarían dos fusiles de la Segunda Guerra Mundial. Pero la sorpresa de todos fue mayor cuando, junto con las armas, fueron descubiertos trece objetos de la cultura maya de 1500 años de antigüedad.
«Estos hallazgos son producto del colonialismo europeo en Sudamérica en los siglos XV, XVI y XVII», afirma Nikolai Grube, profesor de Estudios de la América Antigua en la Universidad de Bonn. Los arqueólogos de Sajonia-Anhalt habrían sido seguramente los últimos en excavar en busca de tesoros artísticos de las antiguas culturas maya y teotihuacana.
Estos tesoros de las culturas precolombinas no acabaron por casualidad en el sótano de una granja en Alemania. Nikolai Grube, de la Universidad de Bonn, confirmó la autenticidad del hallazgo; sólo una pieza resultó ser falsa. Los tesoros proceden de excavaciones ilegales en México y Guatemala, y probablemente fueron adquiridos en un mercado pirata o negro. Según el experto, habrían alcanzado una suma de seis cifras si se vendieran.
El anterior propietario de la granja, de 66 años, no puede ser procesado por ello. La Ley de Protección de los Bienes Culturales no existía en el momento del crimen: en Alemania, apenas en 2016 entró en vigencia la Ley de Restitución de Bienes Culturales, que rige desde 2017 en la Unión Europea.
Arte robado, colonialismo y responsabilidad
El arte robado y su restitución, el colonialismo y la responsabilidad, no sólo conciernen a los arqueólogos. Nos conciernen a todos. Según Florian Helfer, asistente de investigación en el Instituto de Historia de la Universidad de Bonn, esta conciencia aún no ha llegado suficientemente a la sociedad. «La tematización del colonialismo en la escuela sirve para explicar la Primera Guerra Mundial. Esto significa que la configuración del colonialismo sobre el terreno ya no desempeña prácticamente ningún papel», expuso.
Sin embargo, la cuestión de cómo lidiar con el arte robado se está convirtiendo cada vez más en el centro del interés académico y público en Alemania. Y con ello, también aumentan las exigencias de restitución. Recientemente, el historiador Götz Aly examinó el caso de un magnífico barco del Foro Humboldt que fue hurtado en los Mares del Sur. En declaraciones a la emisora Deutschlandfunk, dijo que era importante contar la verdadera historia de estos tesoros culturales en el museo en su exposición misma: «Para demostrar que uno está dispuesto a aclarar», dijo Götz Aly, y agregó que hay que crear claridad, aunque «algunos siguen intentando liberarse del tema invitando a uno o dos becarios africanos o indígenas a Alemania».
En el caso de las esculturas mayas encontradas en Sajonia-Anhalt, esa cuestión no se plantea. Los objetos de arte de las culturas maya y teotihuacana siguen en la bóveda del estado federado en Magdeburgo, pero pronto volverán a casa. El jefe de gobierno de Sajonia-Anhalt, Reiner Haseloff, informó que los entregará a los embajadores de México y Guatemala.
Los indígenas y su arte siguen siendo despreciados en América Latina
Nikolai Grube, profesor de estudios de la América Antigua en la Universidad de Bonn, duda de que los legítimos herederos de estos artefactos sean los museos e instituciones culturales de Latinoamérica. Y dice a DW que «los herederos legítimos son los pueblos indígenas de América Latina. Sus antepasados crearon estos bienes culturales. Pero hoy en día ni siquiera se les permite hablar su lengua; esta no aparece en la escuela, su cultura no forma parte de la vida nacional. Existe un verdadero tipo de apartheid. Los miembros de la población indígena viven en la pobreza, en el campo o en las favelas de las grandes ciudades. Las instituciones culturales funcionan sin su participación». Fuente DW