La Administración Nacional y Aeronáutica del Espacio (NASA por sus siglás en inglés) nombró a una de las montañas del planeta Marte con el nombre del astrobiólogo mexicano Rafael Navarro (1959-2021) científico universitario quien colaboró con la agencia espacial en el diseño de un laboratorio portátil que ahora monitorea la química de compuestos marcianos como el suelo, rocas y aire, esto con el fin de llevar a cabo a futuro expediciones más seguras.
De acuerdo con Paul Mahaffy, representante de la NASA, la montaña que desde ahora lleva el nombre del científico de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) se encuentra ubicada en el cráter Gale, al noroeste del planeta rojo, en el extrarradio del Monte Sharp, zona en la que “Curiosity” -el vehículo explorador encargado del estudio de Marte- lleva a cabo sus expediciones, desde el 6 de agosto de 2012.
Este relieve terrestre fue bautizado con el nombre del investigador del Instituto de Ciencias Nucleares (ICN) de la UNAM como un homenaje, ya que Navarro González, fallecido el pasado 28 de enero de este año, lideró los estudios que permitieron la creación del “Sample Analysis at Mars” (SAM, por sus siglas en inglés), el laboratorio portátil que ha sido clave en los hallazgos realizados por la NASA.
Este centro de investigación ha ayudado a técnicos y astronautas a reconocer compuestos orgánicos antiguos en Marte. “Muchos de sus logros también incluyeron la identificación del papel de los relámpagos volcánicos en el origen de la vida en la Tierra.
Esta montaña se caracteriza por materiales ricos en arcilla además es una de las grandes elevaciones con más sulfatos minerales disponibles. Estos compuestos ayudan a los científicos a comprender mejor los cambios en el clima del planeta rojo, pues su estudio les permite conocer qué fenómeno propició sus condiciones actuales.
También será una de las más visitadas en los próximos trabajos de Curiosity, en vísperas del 2022, expuso Ashwin Vasavada, científico del Laboratorio de Propulsión Jet, de la NASA.
Además, el también director de la División de Exploración del Sistema Solar de la NASA, destacó que el investigador mexicano no sólo fue un gran colaborador sino que, “fue un buen amigo y científico dedicado, y ha sido un privilegio y honor para el equipo de exploración de Marte trabajar con él por varios años”, puntualizó.
Y aunque Navarro González no fue el único que proveyó con su nombre a los sitios explorados de Marte, sino que la agencia de gobierno estadounidense asignó los nombres de Jake Matijevic, John Klein, Heinrich Wänke y Nathan Bridges a otros objetos del cuarto planeta del Sistema Solar, en honor a la labor y entrega de estos científicos que también han fallecido y que su colaboración fue parte esencial de los trabajos de investigación y que actualmente, han sido inmortalizados en la superficie marciana.
Según Mahaffy, anteriormente la Unión Astronómica Internacional (IAU), encargada de dar nombre oficial a los objetos celestes, nombró a muchos de ellos con el nombre de personales mexicanos destacados, como fue el caso de un cráter de la Luna en honor a Luis Enrique Erro, astrónomo y escritor. Del mismo modo que, en 2015 una estrella de la constelación Camelopardalis (la Jirafa) fue bautizada como “Tonatiuh”, y su exoplaneta “Meztli”, en representación a los dioses nahuas del Sol y la Luna.