Sin duda que las disparidades ya existentes se han agravado durante la pandemia, un ejemplo es que las mujeres tenemos un 24% más de probabilidades de perder el empleo y además que nuestros ingresos disminuyan un 50% en comparación del salario de los hombres, así lo ha reconocido el propio , António Guterres, Secretario General de la ONU.

Y es que si el Covid-19 tiene una apariencia, el nuevo coronavirus es una crisis con rostro de mujer, pero sin duda que al mismo, tiempo la pandemia ha evidenciado el gran poder del liderazgo de las mujeres en contraposición a algunos líderes masculinos y su excelente desempeño en países como Nueva Zelanda con Jacinda Ardern.

Sin duda que la participación igualitaria de las mujeres es el cambio que requerimos e impulsamos. Décadas demuestran que la participación de las mujeres mejora los resultados económicos, impulsa una mayor inversión en protección social, fomenta condiciones de paz.

Es cierto, como ha reconocido el presidente de la ONU; la pandemia ha evidenciado el gran poder del liderazgo de las mujeres en contraposición a algunos líderes masculinos «fuertes».

«En el último año, las mujeres líderes se encuentran entre las que han mantenido las tasas de transmisión bajas y han puesto a los países en la senda de la recuperación. Por el contrario, los países con respuestas menos efectivas han tendido a ser aquellos en los que prevalecen los enfoques de los hombres fuertes, y los derechos de las mujeres están siendo atacados» y claro que coincido.

Pao Fuentes Vidal

Es Licenciada en Administración de Empresas. Colaboradora en Agenda Setting Diario.

 

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