Ganadoras del Premio de Literatura Sor Juana Inés de la Cruz se congregaron en la FIL de Guadalajara, y rindieron un homenaje a la Décima Musa.
Una lectura polifónica, compuesta por toda clase de emociones, figuras literarias y texturas, cobró vida en el auditorio Juan Rulfo. La Feria Internacional del Libro de Guadalajara, con Portugal como país Invitado de Honor, recibió a once ganadoras del Premio de Literatura Sor Juana Inés de la Cruz para compartir con el público sus intervenciones literarias de fragmentos que ellas mismas eligieron de la poeta mexicana. Gioconda Belli, Cristina Rivera Garza, Laura Restrepo, Margo Glantz, Tatiana Lobo, Angelina Muñiz-Huberman, Claudia Piñeiro, Clara Usón, Cristina Sánchez-Andrade, Nona Fernández y Ana García Bergua deleitaron al público con sus versiones de los versos de laDécima Musa. Presentadas por Daniel Centeno Maldonado, las escritoras indagaron en la figura de sor Juana Inés de la Cruz, así como los temas recurrentes en su obra traídas al siglo XXI y a su visión personal del mundo.
“Hombres necios atorrantes”, leyó Gioconda Belli, en recuerdo de uno de los versos más famosos de la poeta: “Mujeres mueren a diario por vuestra calentura”, continuó. Nona Fernández viajó al mundo de las estrellas, las constelaciones, el mapa celeste y los signos zodiacales para comparar a la propia sor Juana con un cuerpo celeste, que ella misma decidió asignar al signo zodiacal de Sagitario. Ana García Bergua narró un cuento breve sobre un hombre necio que porta Ray-Ban y su Dulce Ficción a quien engaña con sus admiradoras. “¿Qué hacer para renovar la tradición?”, leyó Margo Glantz, en un recorrido poético en el que ahondó en las semejanzas entre el corazón del cuerpo humano y un soneto: “Un milagro producido por las palabras. Como el corazón, el soneto se cierra sobre sí mismo”, dijo, mientras que Tatiana Lobo, con voz firme, admitió sentirse afortunada de nacer un día después que sor Juana, a quien se refirió como “una bruja intelectual infiltrada en el convento. Mucha audacia la de Juana”.
Angelina Muñiz-Huberman, primera galardonada del Premio, la describió: “Era tímida y quería ser astrónoma. Los tímidos suelen ser valientes”. Para Claudia Piñeiro, seleccionar un solo texto para adaptar fue una tarea compleja, pues “hacen eco en el aquí y en el ahora, y es difícil elegir sólo uno”. Recorrió palabras que ella considera clave en su poética, y agregó: “Yo, la peor del mundo, un grito orgulloso”, y levantó el puño, con la mirada al frente, mientras acercaba al micrófono el audio de las protestas femeninas que luchan por un trato justo y equitativo. “Dinos al oído, sor Juana, uno de tus versos. Cuéntanos cosas sencillas empezando por lo externo”, leyó Laura Restrepo y continuó: “La sensualidad desbordante de tu poesía. Alquimia de transustanciación. Erotismo raro o enrarecido. Desde tu celda diste luz una luz. Tú, la peor del mundo, eres la mejor”.
Cristina Rivera Garza compartió con el público memes de sor Juana que, para ella, son la forma perfecta de entender en lenguaje cotidiano sus versos, con un toque de humor. Por su parte, Cristina Sánchez-Andrade exclamó: “No, no, no: ¡que viva la transgresión!”. Clara Usón, frente al micrófono, admitió: “Confieso que soy la peor del mundo”. Entre risas y recuerdos de cómo fue la experiencia para cada una enterarse de haber ganado el Premio de Literatura Sor Juana Inés de la Cruz, las Juanas compartieron entre ellas y con el público aquellos momentos que, fundidos entre la vida cotidiana y el asombro de saberse galardonadas con un Premio tan importante, las situaron un poco más cerca de su figura. Sor Juana Inés de la Cruz prevalece actual, única y fuerte.