Ayer distintos medios de comunicación de todo el mundo daban a conocer el nacimiento de dos bebés, cuyo genoma había sido supuestamente editado, con el fin de hacerlas resistentes al virus del VIH. El responsable de tan increíble procedimiento sería He Jiankui, un investigador de la Universidad de Ciencia y Tecnología del Sur, ubicada en Shenzhen, China.
Según la información dada a conocer por él mismo, utilizó la técnica CRISPR/Cas9, cuya labor en ingeniería genética ha alcanzado una gran fama en los últimos años, ya que ayuda a los científicos a cortar y pegar el ADN, eliminando genes indeseados y sustituyéndolos por el fragmento de ADN correcto. No es la primera vez que se utiliza esta técnica para editar los genes de embriones humanos, pero estos nunca se habían implantado en un útero materno para llevar el embarazo a término.
De ser cierto, se podría considerar que He Jianku como un pionero, pero un pionero tremendamente irresponsable, ya que su investigación se salta con creces todas las directrices propuestas por la comunidad internacional de científicos. Aunque muchos dudan de la certeza de sus investigaciones ya que los únicos datos que ha aportado al respecto han sido un corto vídeo explicativo y un documento de registro del ensayo clínico, cuyos datos empiezan a ponerse ahora en entredicho.
En tanto, más de un centenar de científicos y funcionarios chinos se han reunido para publicar una carta abierta en la que exponen que lo que ha hecho su compatriota es una temeridad, que daña la reputación de la comunidad biomédica de su país. Por su parte, ya se ha puesto también en marcha una investigación, con la que se pretende localizar todas las irregularidades cometidas durante este “experimento” que, de ser cierto, puede haber puesto en peligro la vida de dos niñas inocentes.
Además la Comisión Nacional de Salud china ha comenzado una investigación en busca de las irregularidades detrás del procedimiento. Es cierto que en este país no se siguen las mismas leyes sobre edición de genes que en otros y, de hecho, no está prohibida la implantación de embriones modificados genéticamente, como en este caso. Sin embargo, incluso teniendo esto en cuenta parece ser que hay varias irregularidades. De momento, con la investigación recién empieza.
Y no sólo son las criticas de la comunidad científica y las dudas de la veracidad sobre la experimento, su propia universidad, la Universidad de Ciencia y Tecnología del Sur ha hecho público un duro comunicado donde se desmarca de la actividad investigadora de He Jiankui y asegura que desconocía sus intenciones.