Científicos encontraron la respuesta a porqué prefieres té o café y esto -según la investigación- tiene que ver con tus genes. La conclusión explica la predisposición genética a la amargura: en resumen, si encontramos algunas sustancias más amargas que otras habrá una preferencia por ese sabor.
El café o el té contienen componentes de cafeína amarga que contribuyen a su agradable sabor y efectos que inducen la energía, pero el café tiene una molécula adicional llamada quinina, que también se encuentra en el agua tónica. Estudios han encontrado que las personas prueban sabores amargos como la cafeína, la quinina y una sustancia artificial llamada propiltiouracilo de manera diferente según los tipos de genes receptores del gusto que cada quien tiene.
El nuevo estudio, de la Universidad de Queensland en Australia, analizó si esta variación en los genes del receptor del gusto afectaba nuestra preferencia por una taza de té o café. Al estudiar los genes receptores de sabor de 430 mil hombres y mujeres en el Reino Unido, con edades entre 37 y 73 años, Daniel Hwang y su equipo hicieron que los participantes bebieran ambos tipos de bebidas y juzgaran la fuerza de su sabor.
Los participantes con variantes genéticas que les hicieron probar la cafeína con mayor intensidad, conocidos como super catadores de cafeína, tenían un 20% más de probabilidades de ser grandes bebedores de café que una persona promedio.
Los ávidos bebedores de café eran aquellos que bebían más de cuatro tazas al día. Y estas personas también eran menos propensas a beber té. Esto puede deberse a que las personas que son mejores para detectar la cafeína son más propensas a volverse adictas a sus efectos, y el café contiene más cafeína que el té. Pero los estudios futuros deben establecer eso más claramente, dice Hwang.