Desde que en 1998 el Grupo Automotriz Volkswagen adquirió Bugatti, inició así una nueva era con el famoso Veyron, un auto que durante mucho tiempo sería el más veloz -de los de serie- del planeta. Pero ahora el interés del grupo alemán parece haber llegado a su fin. Según publicó la revista británica Car, Volkswagen tiene la intención de vender Bugatti y ya hay interesado en comprar la marca, el fabricante Rimac, especializado en sistemas eléctricos de alto rendimiento.
La explicación parece sencilla: la electrificación que ya llegó a las marcas de lujo tarde o temprano caerá sobre Bugatti, y los costos de ello podrían ser enormes. El expresidente de la junta directiva del Grupo Volkswagen, Ferdinand Piëch, recientemente fallecido, fue quien promovió la adquisición de la marca francesa Bugatti hace ya más de veinte años.
Para que la venta se apruebe entraría en juego Porsche, empresa que ya tiene una participación del 15% en Rimac (porcentaje que aumentaría). Esto le permitiría a VW destinar recursos a la electrificación de autos más accesibles y la conducción autónoma.
Todavía no está definido, pero de hacerlo muchos piensan que Rimac podría convertirse en una Tesla europea, algo que es bien visto teniendo en cuenta que la estadounidense está levantando una mega fábrica en Alemania de cara a intentar dominar ese mercado.