El ejercicio en casa se ha convertido en un reto doblemente complicado, ya que implica tener la motivación suficiente para hacerlo por cuenta propia, todos los días, y sin el ambiente idóneo para realizar la actividad.
En este desafío, la cerveza, que es una de las bebidas favoritas para pasar un momento con amigos y relajarse, ha llegado al rescate, ya que un estudio reciente descubrió que también tiene grandes beneficios para quienes la consumen después de hacer ejercicio.
Es importante resaltar que todo se trata de consumirlo con medida, ya que esta bebida tiene beneficios para aquellos que han decidido llevar una vida llena de actividad física porque puede favorecer la rehidratación y evitar el dolor muscular, como lo indica un estudio de la Universidad de Granada y Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC).
Además, recientemente el médico oficial de la selección italiana de fútbol, Luca Gatteschi, señaló que alienta a sus jugadores a tomar una cerveza después de sus entrenamientos porque, además de ponerlos de buen humor, equilibra las sales minerales de el cuerpo.
Luca Gatteschi señaló que la cerveza, además de tener poca azúcar y grandes cantidades de magnesio, fósforo y calcio, también tiene vitamina B y ácido fólico que ayudan a reducir el riesgo de accidentes cardiovasculares.
La cerveza también contiene cromo, que ayuda a convertir los carbohidratos en energía; y colina, que, irónicamente, protege contra el daño hepático y la pérdida de memoria. En 2003, una revisión de estudios mostró que si bien el consumo excesivo de alcohol aumenta el riesgo de un derrame cerebral, el consumo moderado puede disminuirlo. La ingesta diaria recomendada para los atletas es de 500 ml para los hombres y 250 ml para las mujeres.
Además, el lúpulo, ingrediente principal de esta bebida, puede contrarrestar el proceso de oxidación de la fibra muscular.