Estados Unidos, Reino Unido y Canadá acusaron a Rusia de intentar robar la investigación de la vacuna contra el coronavirus a medida que la pandemia aumenta en todo el mundo, mientras Brasil anunció que ya ha superado los dos millones de casos confirmados.
Los medios británicos informaron recientemente que un ensayo de la Universidad de Oxford había demostrado que su vacuna prototipo generaba una respuesta inmune contra el virus.
Poco después, el Centro Nacional de Seguridad Cibernética del Reino Unido dijo que un grupo de piratería llamado APT29 había apuntado a los laboratorios británicos que realizan las investigaciones de las vacunas, para intentar»robar valiosa propiedad intelectual».
La agencia dijo que era «casi seguro (95% +) que APT29 fuera parte de los Servicios de Inteligencia rusos» y que era «altamente probable (80-90%) que su objetivo fuera la investigación» para «recopilar información sobre la vacuna desarrollada para el Covid-19» .
No estaba claro si alguna información útil fue robada. Pero el secretario de Asuntos Exteriores británico, Dominic Raab, dijo: «Es completamente inaceptable que los Servicios de Inteligencia rusos estén atacando a quienes trabajan para combatir la pandemia de coronavirus». Y acusó a Moscú de perseguir «intereses egoístas con comportamiento imprudente».
Respetando un lenguaje más general, la secretaria de prensa de la Casa Blanca, Kayleigh McEnany, dijo: «Trabajamos muy de cerca con nuestros aliados para garantizar que fueran tomadas las medidas necesarias para mantener esa información segura y continuamos haciéndolo».
La afirmación de que los piratas informáticos vinculados a un gobierno extranjero están intentando robar información secreta durante la pandemia no es del todo nueva. Funcionarios estadounidenses acusaron recientemente a China de conducta similar. Pero la última advertencia fue sorprendente por los detalles que proporcionó, atribuyendo el objetivo por nombre a un grupo de piratería particular y especificando las vulnerabilidades de software que los hackers han estado explotando.
Además, los ataques cibernéticos rusos tienen un nervio particular en los Estados Unidos dada la sofisticada campaña del Kremlin para influir en las elecciones presidenciales de 2016. Y la coordinación de la nueva advertencia en todos los continentes parecía diseñada para agregar peso y gravedad al anuncio y para impulsar a los objetivos occidentales de los piratas informáticos a protegerse.
Moscú negó cualquier participación, y el portavoz del Kremlin, Dmitry Peskov, dijo: «Rusia no tiene nada que ver con estos intentos».