Luis Miguel tomó la decisión de vender su lujoso yate en dos millones 695 mil dólares, además de gastos administrativos e impuestos locales, esto después de mantenerlo durante poco más de siete años. Esta misma embarcación había estado en el ojo del huracán en 2016, cuando fue confiscada por el gobierno estadounidense por falta de pagos en la renta de la Marina en Miami, y que le costó al intérprete 122 mil dólares que adeudaba por concepto de mantenimiento e impuestos.
La última vez que se vio al cantante en su embarcación, fue el pasado 25 de marzo; se supo que estaba con su hermano Alejandro, cuando recién comenzó la cuarentena por el coronavirus. Además, se informó que el cantante había pasado en su yate su cumpleaños número 50, el 19 de abril.
El yate de lujo marca Azimut 84 Flybridge modelo 2013, cuenta con un exclusivo jacuzzi redondo en la amplia terraza que también tiene una mesa con dos bases para ocho personas y un sofá en media luna, con almohadones para tomar el sol, frente a un bar acondicionado con una nevera, lavabo y amplia parrilla. En la planta baja se despliega una plataforma hidráulica de cuatro metros de largo, que permite a sus ocupantes bajar a nadar en pleno océano. Además, cuenta con conexión para televisión y teléfono.
La cabina del capitán también tiene su propio bar con una hielera; para mantener una total privacidad, las ventanas de todo el yate impiden la visibilidad hacia adentro pues cuenta con un grueso vidrio templado. En la proa del barco también hay cómodos camastros con antebrazos y asientos iluminados con luces halógenas, para disfrutar el lugar también de noche.