En Hong Kong este domingo se vivió una jornada de violencia, donde la policía china reprimió brutalmente a los miles de manifestantes que salieron a las calles para protestar contra el proyecto de ley de “seguridad nacional” promovido por Beijing, al que muchos ven como el fin de la libertad en la ex colonia británica.
En respuesta a la represión policial, algunos manifestantes lanzaron proyectiles contra las fuerzas del orden, erigieron barricadas improvisadas y utilizaron sombrillas para protegerse de los gases lacrimógenos y los cañones de agua. La movilización se había concentrado en el céntrico distrito comercial de Causeway Bay.
Los manifestantes denuncian que la legislación que intenta imponer el Gobierno chino representa una amenaza a las libertades civiles y significaría el fin del principio de “un país, dos sistemas”, además de atentar contra la autonomía que mantiene la ciudad de Hong Kong. Prohibirá, además, “cualquier acto de traición, secesión, sedición, subversión” contra el Gobierno central, además del “robo de secretos de Estado y la organización de actividades en Hong Kong por parte de organizaciones políticas extranjeras”.
La denominada ley de seguridad nacional se debate actualmente en la Asamblea Nacional Popular china (ANP) y será aprobada antes de su conclusión el próximo jueves. El canciller chino Wang Yi anunció en rueda de prensa que la legislación debe aplicarse “sin demora”.
Los manifestantes extendieron sus protestas a lo largo de varias de las principales arterias de la ex colonia y bloquearon algunas de ellas con vallas y otros materiales. El coronavirus había ahogado en los últimos meses las manifestaciones que se desataron en la región semiautónoma en el segundo semestre del pasado año.
“La gente podrá ser perseguida por lo que dice o escribe contra el gobierno”, denunció Vincent, un manifestante de 25 años, en referencia al proyecto de ley de China. “Los hongkoneses están enojados porque no esperábamos que llegara tan rápido y tan brutalmente. Pero no somos bobos. Las cosas no van a hacer más que empeorar”, agregó.
Hong Kong goza de una autonomía amplia en comparación con el resto del país, dirigido por el Partido Comunista Chino (PCC), en virtud del concepto “Un país, dos sistemas” en el que se basó su devolución por parte del Reino Unido en 1997. Sus habitantes tienen libertad de expresión y de prensa y un poder judicial independiente, unos derechos inexistentes en la China continental. Este modelo debería durar al menos hasta 2047, pero muchos hongkoneses creen que Beijing controla cada vez más el territorio y el gobierno central interfiere en los asuntos internos.
Muchos ven la ley de seguridad nacional que promueve China como la acción más grave, hasta ahora, contra la semiautonomía hongkonesa. El proyecto será sometido al Parlamento chino el jueves, en la sesión de clausura de la actual sesión parlamentaria, pero nadie duda del resultado en una asamblea sometida al PCC.