La industria cervecera, al no pertenecer a los servicios considerados como esenciales, se vio en la necesidad de detener su producción, al igual que la distribución, lo que ocasionó desabasto en tiendas, depósitos y cadenas de autoservicio.
El presidente de Cerveceros de México, Marco Mascarua, reveló que, aunque los planes federales de regreso a la normalidad no incluyen a la industria cervecera, ésta ya prepara la reactivación de la distribución a todo el país. Este regreso se podría dar a partir del primero de junio, fecha en que se pretendía que arrancaran otros sectores esenciales, como el automotriz, los cuales adelantaron su fecha de reinicio para mediados de este mayo.
“Estamos listos para reanudar operaciones cuando empiece el mes de junio, en ese sentido, con todas las medidas de seguridad que hemos aprendido de la experiencia de otros países y evidentemente seguiremos todas las medidas puntuales que la Secretaría de Salud nos de”, aseguró Mascarua a la agencia EFE.
“La industria cervecera en México, el haber sido cerrada, es una excepción a nivel mundial. Prácticamente cuatro o cinco países solamente fueron los únicos que cerraron la industria cervecera, entonces francamente sí nos tomó por algo de sorpresa”, manifestó, y al mismo tiempo indicó que los daños no fueron únicamente a sus ventas, sino que el cierre puso en peligro el estatus de las compañías mexicanas, reconocidas como el exportador uno y cuarto productor más importante de cerveza a nivel mundial.
La reactivación de la producción en México es una buena noticia para los consumidores del país, ya que una vez que las actividades reinicien, volverán a regularizarse los precios de las bebidas alcohólicas.
Esta medida, por otra parte, no afectó los empleos de los casi 650.000 empleos directos e indirectos. En una entrevista con Milenio, Karla Siqueiros, directora general de Cerveceros de México, aseguró que todos los trabajos fueron resguardados por las empresas, y que por el momento, personal administrativo y operativo continúa con el desempeño de sus puestos en formato home office, y son los obreros los únicos que se mantienen a la espera de una fecha para el regreso de sus actividades.