Ante la posible crisis hospitalaria, el Consejo Nacional de Salubridad General, emitió la Guía Bioética de Asignación de Recursos de Medicina Crítica, un documento que se usará para evaluar las posibilidades de asignar recursos escasos a pacientes en situación grave por coronavirus. Especifica que sólo debe entrar en operación cuando la capacidad de cuidados críticos esté “sobrepasada” o cerca de ello, y no sea posible trasladar pacientes a otros centros hospitalarios. De acuerdo al subsecretario de salud Hugo López Gatell, para la elaboración de este documento, se consultó con especialistas de ética, bioética y ética de la atención médica.
Esta guía establece que para las emergencias de salud pública, el objetivo será tratar al mayor número de pacientes, y salvar la mayor cantidad de vidas, por lo que existen varios criterios a evaluar durante esta asignación. En primera instancia se deberá aplicar el principio de “Vida por completarse”, es decir, seleccionar a la persona que tiene una mayor cantidad de años por vivir. Se tomarán en consideración también las comorbilidades que padezca el paciente, tales como diabetes, obesidad e hipertensión. En caso de empate, se tendrá que recurrir incluso al azar para tomar la decisión. El personal de salud que enfrenta la emergencia sanitaria por Covid-19 tendrá prioridad, y deberá pasar al principio de la lista.
“Utilizar el principio de vidas-por-completarse podría parecer injustamente discriminatorio hacia los adultos mayores, pero esto no es así. Y para entender por qué, se tendrá que remontar a la pregunta: por qué la muerte es mala para nosotros. La respuesta a esta pregunta es que la muerte es mala para nosotros porque nos priva de oportunidades valiosas futuras (…) Por lo tanto, un sistema de asignación de recursos escasos que favorece salvar la mayor cantidad vidas-por-completarse es un sistema que prioriza a aquellos que por lo general perderían más si murieran”, señala el documento.
En esta situación, en lugar de realizar distinciones de edad por años, meses o días, por ejemplo, se proponen las siguientes categorías clasificatorias por edades: 0-12, 12- 40, 41-60, 61-75, y +75.
En caso de empate y que el principio de “vida por completarse” no desempate a los pacientes, entonces la decisión sobre quién recibirá acceso a los recursos escasos deberá de tomarse al azar; en estos casos se deberá tomar en cuenta también la tasa de mortalidad por Covid-19 no es la misma entre los sexos.
El documento señala que la afiliación política, religión, ser cabeza de familia, valor social percibido, nacionalidad o estatus migratorio, género, raza, preferencia sexual, discapacidad, no serán tomadas en cuenta para la asignación, ni tampoco tener seguro médico, o tener recursos económicos para solventar los gastos de hospitalización.
El orden de llegada no será un factor a considerar en la asignación de recursos, ya que, como comenta el documento: “Una razón adicional para rechazar el principio de orden de llegada es que favorece a personas con mayor riqueza económica y que tienen redes sociales más extensas”.
El sistema de asignación tiene dos pasos:
1. Calcular el puntaje inicial de priorización de cada paciente.
2. Reevaluar de manera diaria el puntaje de los pacientes que están utilizando recursos de medicina crítica.
Se deberá otorgar prioridad a los pacientes con el menor puntaje. Lo anterior se sustenta en que a menor puntaje mayor probabilidad de beneficiarse de los recursos escasos de medicina crítica y sobrevivir.
La guía también contempla que estos criterios serán aplicados a través de un equipo de “Triaje”, conformado por un Oficial de Triaje (médico intensivista o urgenciólogo), Segundo Oficial de Triaje (un profesional de la enfermería intensivista o de urgencias médicas), y un miembro de la administración del hospital. Este equipo será designado por el director de la unidad de cuidados críticos y el director del servicio de salud.
La finalidad del equipo de Triaje será evitar los conflictos de intereses en la asignación de recursos, mantener la equidad procedimental en la toma de decisiones sobre a quien se admite y a quien no en la unidad de cuidados intensivos, y evitar la angustia moral al personal de salud que atiende a los pacientes críticamente enfermos, ya que será el Oficial de Triaje quien comunicará a las familias de los pacientes las decisiones tomadas y sus implicaciones.
El proceso general para comunicar la decisión al paciente o a los familiares deberá seguir la siguiente secuencia.
1) El Oficial de Triaje le comunicará la decisión inicial, y de reevaluación, al personal encargado de la admisión a la unidad de cuidados críticos.
2) El Oficial de Triaje le comunicará la decisión al médico tratante.
3) El Oficial de Triaje le comunicará la decisión inicial, y de reevaluación, a los pacientes y/o familiares.
Las reacciones ante la publicación del documento no se han hecho esperar, ya que lo que salta a la vista es que el personal médico tendrá que decidir quién vive y quién muere, haciendo ver a las personas de la tercera edad como una generación prácticamente “desechable”, como lo publicó en su cuenta de twitter Sergio Aguayo, o como dicen varios expertos, están jugando a ser Dios.