Volcanes en medio de la ciudad, ríos entubados que la atraviesan de un extremo a otro, esculturas que son testigos del paso de los siglos y de las civilizaciónes que las han visto. La mano humana sobre la piedra. La mano delicada, la mano agresiva. La mirada fotográfica de Santiago Arau hace del visitante un espectador desde las nubes.

En el tercer piso del Palacio de Bellas Artes, un recorrido de 100 fotografías —que reinaugura el Museo Museo Nacional de Arquitectura— muestra las capas de la historia y la cultura de la zona metropolitana.

Para Arau, estas son sus pequeñas ventanas. Una crónica visual de sus viajes entre 2015 y 2021. La curaduría tardó dos años y dio pie a su segundo libro llamado Patrimonio, que guarda 400 piezas fotográficas de su trabajo.

Santiago Arau (Ciudad de México, 1980) es un fotógrafo reconocido por capturar desde las alturas –la mayoría de veces– los paisajes del territorio mexicano, así como la actividad volcánica; también retrató la capital tras el sismo de 2017 y durante la pandemia por COVID-19.

¿Qué ver en Patrimonio a través de la lente de Santiago Arau?

Volcanes

El recorrido comienza con una fotografía del eclipse de sol de 2015 y una nocturna del Popocatépetl en erupción, que contrasta con el naranja intenso del magma. Encuadres de Don Goyo y La mujer dormida, como se le conoce al Iztaccihuatl. Las dos imponentes estructuras geológicas comparten espacio en el museo con otros volcanes camuflajeados con el entorno urbano. El Volcán la Caldera en los Reyes La Paz; el Xico, en Chalco; el Tetlalmanche y el Xaltepec, entre Iztapalapa y Tláhuac; y el Xitle en Tlalpan.

“Viví en Ciudad de México más de treinta años antes de descubrir que la ciudad está rodeada y construida encima de unos 70 volcanes […] Creo que mi experiencia es común: muchos habitantes de la Ciudad de México somos incapaces de ver el horizonte. Viviendo a ras de suelo, en una vasta mancha urbana, es fácil desorientarse y desconectarse del paisaje sobre el cual está construida la ciudad”, detalla un texto de muro de la exposición.

De acuerdo con Arau, estos pasan desapercibidos al formar parte del paisaje donde se desarrollan actividades humanas. Dentro de los cráteres se pueden encontrar una cancha de fútbol, un basurero, tierras de cultivo y hasta casas.
Lagos

El Anáhuac —otro nombre que se le da al Valle de México y que significa situado entre aguas en náhuatl— es la segunda parte de la muestra. De lo que antes era un sistema de lagos y afluentes que convivían con la ciudad de Tenochtitlan, permanece solo un pequeño porcentaje de ellos. En las imágenes se muestran los cuerpos de agua que quedan como el lago de Texcoco, el Canal Nacional, así como Xochimilco.
Cultura prehispánica

Como parte de un pasado que habita todavía en las calles de la ciudad, vestigios de las construcciones prehispánicas y de sus rituales están presentes en la exposción. Estructuras que se resisten a desaparecer entre la mancha urbana. La pirámide de Cuicuilco, de Tenayuca, el Cerro del judío y una pirámide escondida en el Cerro de la estrella, que es en realidad un volcán. Representaciones de los dioses, como Quetzalcóatl, que se encuentran en los templos y en el espacio metropolitano fusionado con la arquitectura colonial y moderna.

La Conquista

La cuarta parada representa una ciudad destruida sobre la cual fueron levantadas iglesias y monumentos como imposición cultural y grito de ‘victoria’. Imágenes del Zócalo capitalino, la Basílica de Guadalupe y un encuadre de la escultura del Caballito del arquitecto Manuel Tolsá —que muestra una de sus pezuñas pisando un carcaj mexica con flechas— en señal del poderío español son algunos de los elementos que forman esta sección.

Este capítulo de la exposición incluye fotografías sobre la marcha del 8M del 2021 frente al Palacio Nacional, que representa la lucha social a través de los años. Una foto aérea que retrata la consigna: somos el grito de las que ya no están.
Independencia

Después de la guerra independentista, México se edificó como una mezcla entre su pasado indigena y las influencias europeas. Las construcciones y esculturas en esta sección muestran el resultado de esta fusión. Paseo de la Reforma, el monumento de Cristóbal Colón —un espacio resignificado como antimonumenta, ahora sin la estatua del personaje histórico, y renombrado como Glorieta de las mujeres que luchan— y el Ángel de la Independencia —intervenido durante una marcha feminista y en una toma cenital— que proporciona un ángulo completamente distinto al del peatón, son algunas de las ventanas en esta sección.
Siglo XX, y XXI

Fotografías del Palacio de Bellas Artes, el Monumento a la Revolución y el Monumento a La Raza. Las esculturas de Francsico Zuñiga en el centro SCOP y los murales de Juan O’Gorman en la biblioteca Central de CU. Las Torres de Satélite de Luis Barragán y Mathias Goeritz. Espacios arquitectónicos que son parte de la identidad de la región conforman la última parada del recorrido. Así como la transformación de la ciudad, el crecimiento demográfico junto con la arquitectura pensada para el consumo, como la Central de Abastos diseñada por el arquitecto Abraham Zabludovsky, todo se funde en una huella urbana que marca la pauta de la modernidad.

Conservación del Patrimonio

Al final de la visita, el Museo de Bellas Artes tiene una pequeña exhibición de los trabajos de conservación del patrimonio que realizó el Inbal a través del Centro Nacional de Conservación y Registro del Patrimonio Artístico Mueble (Cencropam).

¿Cuánto cuesta entrar a la exposición de Santiago Arau?

La muestra a través de la mirada fotográfica de Santiago Arau puede visitarse de martes a domingo en un horario de 11:00 a 18:00 horas, hasta el 31 de marzo de 2024. La entrada tiene un costo de $65 pesos mexicanos y es independiente al boleto del Museo del Palacio de Bellas Artes. El acceso es gratuito para estudiantes, maestros y mayores de 60 años, así como los domingos es libre para todo el público.

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