Para el diputado Ector Jaime Ramírez Barba, el paquete fiscal 2022 que presenta el Ejecutivo Federal acepta de manera tácita el fracaso del Instituto de Salud para el Bienestar -Insabi y su director- y la búsqueda quizá desesperada de volver protagonista estelar ahora al IMSS-Bienestar.

«Aventuro a decir que la Dra. Asa Cristina Laurell, otrora subsecretaria de Planeación de Salud del Gobierno Federal, hizo su tarea en la Institución que la recibió después de haber sido corrida de la peor manera por el secretario Jorge Alcocer, aconsejado por el imperdonable Hugo López-Gatell, impulsando a Zoe Robledo para que el IMSS-Bienestar casi duplique su presupuesto el siguiente año en el PPEF», expone el legislador en una columna publicada en El Economista.

Para Ramírez Barba el Insabi en sustitución del Seguro Popular, fue creado sin una planeación estratégica ni diagnóstico certero y, por lo tanto, sin reglas de operación claras, basada en decisiones políticas improvisadas y en el marco de una política confusa y desordenada de re-centralización de los servicios de salud, aspiraba a conformar un sistema de salud como el de Dinamarca.

Sin embargo, la realidad ha evidenciado todo lo contrario: incremento de población sin acceso a los servicios de salud; desabasto de medicamentos; desfinanciamiento de los servicios estatales de salud, así como de institutos nacionales, hospitales de alta especialidad y hospitales federales de referencia. Todo es reflejo del pésimo diseño del Insabi -y de su director Juan Antonio Ferrer- y la aceptación tácita de su incapacidad política, operativa y administrativa.

Ante dicho fracaso, surgen muchas preguntas: ¿Cuál será el papel del Insabi? ¿Cuál será el destino de los recursos del Ramo 12 “Salud” que se transfieren a las entidades federativas? ¿Y los recursos de los ramos 23 y 28 asignados a estados y municipios para salud? ¿Se contabilizarán todos los recursos que aportan las entidades federativas para salud? ¿El Insabi se volverá la instancia de financiamiento de los servicios que brinde el IMSS-Bienestar? ¿Será el mecanismo financiero para la compra de servicios -elemento de crítica permanente al Seguro Popular-?

El IMSS-Bienestar hoy sólo opera en 19 de las 32 entidades federativas. ¿Se ampliará a todo el país? ¿Se establecerán estructuras paralelas a las de los servicios estatales de salud? ¿Qué pasará con estos últimos? ¿Si las atribuciones de los estados están perfectamente identificadas en la Ley General de Salud, un acuerdo de coordinación de ese tipo no está por encima de la Ley? cuestiona el diputado federal y médico de profesión que expone como le quitan recursos al elefante reumático que es el Insabi y se los dan al Imss-Bienestar; todo ante el fracaso del arqueólogo que mal dirige el Insabi.

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