Los seres humanos pueden tener experiencias completamente diferentes con los mosquitos. De hecho algunos sujetos pueden sufrir picaduras y otros ni siquiera percibir su presencia, incluso cuando comparten un mismo espacio. ¿Por qué sucede esto? De acuerdo con una reciente investigación publicada en la revista Cell en 2022, la respuesta podría estar en la piel de las personas.

Frente al interrogante, el grupo de investigadores estudió por varios años a personas que resultaban atractivas para los mosquitos y a otras que no lo eran.

Según explican en el artículo, hasta ahora se ha especulado mucho sobre los posibles mecanismos que hacen a algunas personas más llamativas para estos insectos. Por ejemplo, se suele decir que las diferencias en el grupo sanguíneo explican esta situación. No obstante, los datos experimentales que abordan esta creencia son contradictorios.

Lo mismo sucede con la eficacia sugerida de comer ajo como remedio casero para repeler mosquitos, revela el artículo de 2022.

No obstante, se sabe que una persona determinada puede volverse más atractiva para estos pequeños seres en contextos que incluyen el embarazo, la infección por el parásito de la malaria y el consumo de cerveza.

En busca de nuevas explicaciones, los autores del artículo de Cell estudiaron el comportamiento de los insectos y probaron su atracción por el olor de la piel humana durante varios años.

Según concluyeron los expertos, las personas que parecen ser un imán para los mosquitos producen una mayor cantidad de unos compuestos químicos llamados ácidos carboxílicos en sus emanaciones cutáneas.

Concretamente, los sujetos estudiados produjeron niveles significativamente más altos de tres ácidos carboxílicos: ácidos pentadecanoico, heptadecanoico y nonadecanoico, así como 10 compuestos no identificados de esta misma clase química.

Además, aclararon los investigadores, la mezcla específica de estos y otros ácidos carboxílicos varió entre diferentes sujetos muy llamativos. Por lo tanto, puede haber más de una manera de que una persona atraiga a estos insectos.

Por otra parte, el artículo sugiere que las personas que no suelen sufrir picaduras no emiten compuestos repelentes, sino que carecen de atrayentes.

A pesar del descubrimiento, los expertos no descartan la posibilidad de que otros tipos de compuestos puedan contribuir a diferencias en el atractivo humano para los mosquitos.

Sumado a lo anterior, el artículo señala que el contexto en que se encuentran los individuos marca la diferencia. Si un ser humano entra solo en un entorno altamente infestado, puede recibir muchas picaduras, independientemente de su nivel de atractivo general, porque es la única opción de alimentación.

Es decir que las preferencias de los mosquitos son más importantes en entornos grupales.

Las picaduras no solo pueden resultar molestas por el escozor que generan, sino que también pueden transmitir enfermedades como el dengue o el chikungunya. Por eso, es útil tener en cuenta algunas medidas preventivas.

Entre ellas, los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades (CDC, por sus siglas en inglés) de los Estados Unidos sugieren:

Usar camisas y pantalones holgados de manga larga.
Tomar medidas para controlar los mosquitos en interiores y exteriores. Como utilizar mosquiteros en ventanas y puertas y vaciar recipientes que tengan agua estancada como llantas, baldes, macetas o piscinas.
Utilizar repelente de insectos.
Cubrir cochecitos y portabebés con mosquiteros.

Con información de National Geographic

 

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