En Norteamérica, el gobierno de Estados Unidos decidió abrir los refuerzos de la vacuna contra el COVID-19 a todos los adultos, -a todos los mayores de 18 años- y tomó la medida adicional de instar a las personas de 50 años o más a administrárselo, con el objetivo de evitar una oleada invernal a medida que aumentan los casos de coronavirus incluso antes de que millones de estadounidenses viajen por las vacaciones de fin de año.

Hasta ahora, los estadounidenses se enfrentaban a una lista confusa de quiénes eran elegibles para un refuerzo que variaba según la edad, estado de salud y el tipo de vacuna que recibieron primero.

La Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA) autorizó cambios a los refuerzos de las vacunas de Pfizer y Moderna que lo hacen más fácil.

Según las nuevas normas, cualquier persona de 18 años o más puede elegir un refuerzo de Pfizer o Moderna seis meses después de su última dosis. Para los que recibieron la vacuna monodosis de Johnson & Johnson, la espera ya era de sólo dos meses. Y la gente puede aplicarse el refuerzo de cualquier compañía independientemente de cuál usó para sus dosis iniciales.

“Escuchamos claramente que la gente necesitaba algo más sencillo, y esto, creo, es sencillo”, dijo a The Associated Press el doctor Peter Marks, director de vacunas de la FDA.

Los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) tuvieron que dar su visto bueno antes de que la nueva política se hiciera oficial.

La doctora Rochelle Walensky, directora de los CDC, respaldó una recomendación de los asesores científicos de su agencia para que, además de ofrecer a todos los adultos un refuerzo, se exhorte a las personas de 50 años o más a que se pongan la dosis extra.

“Es una recomendación más fuerte”, dijo el doctor Matthew Daley, de Kaiser Permanente Colorado y asesor de los CDC. “Quiero asegurarme de que proporcionamos toda la protección posible”

Los CDC también hicieron un llamado para que aquellos que ya cumplían los requisitos pero que aún no se han aplicado el refuerzo dejen de posponerlo, y señalaron que los estadounidenses de más edad y las personas con riesgos como la obesidad, la diabetes u otros problemas de salud deberían intentar conseguirlo antes de las vacaciones de fin de año.

La ampliación a todos los adultos hace que decenas de millones de estadounidenses más tengan derecho a una dosis extra de protección.

La prioridad número 1 para Estados Unidos, y para el mundo, sigue siendo conseguir que más personas no vacunadas reciban sus primeras dosis.

Las tres vacunas contra el COVID-19 utilizadas en Estados Unidos siguen ofreciendo una fuerte protección contra la enfermedad grave, incluida la hospitalización y la muerte, sin necesidad de un refuerzo.

Sin embargo, la protección contra la infección puede disminuir con el tiempo, y tanto Estados Unidos como muchos países de Europa debaten qué tanto deben ampliarse los refuerzos mientras luchan contra una ola invernal de nuevos casos.

En Estados Unidos, los casos de COVID-19 han aumentado de forma constante durante las últimas tres semanas, especialmente en los estados en los que el clima más frío ha obligado a la gente a permanecer en casa.

Por Jorge A. Leyva

Periodista. Licenciado en Comunicación. Columnista en Agenda Setting Diario. Comentarista de política en radio. Journalist. Fan del Café Necesario Marketing Político y Social Media Publicidad: [email protected]

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