En Brasil los equipos de rescate reanudaron la búsqueda de los tres desaparecidos tras la caída de una pared rocosa de un cañón sobre unas embarcaciones turísticas en un lago de Brasil que ha causado al menos ocho muertos, una treintena de heridos y dos personas más desaparecidas.

Miembros del Cuerpo de Bomberos, la Marina y la Policía participan en el operativo montado en el lugar del accidente, que ocurrió sobre el mediodía del sábado 08 de enero en el turístico municipio de Capitólio, en el estado de Minas Gerais (sureste).

Ese sábado a mediodía, un gran fragmento rocoso se desprendió de un barranco y cayó, perpendicular, encima de cuatro lanchas que paseaban por el lago, una región turística de Minas Gerais. En dramáticos videos compartidos en las redes sociales se puede ver el momento exacto en que el macizo se desprende y cae sobre las embarcaciones, ante el pánico de quienes presencian la escena desde las otras lanchas.

Otro de los registros muestra el minuto previo al derrumbe, en el que varias personas advierten que «están cayendo muchas piedras» y piden a gritos a los ocupantes de las otras lanchas que se alejen del paredón. Los muertos y desaparecidos viajaban en la embarcación que sufrió el mayor impacto bajo la roca en el Lago Furnas, según los bomberos.

En otro video instantes antes del desastre se observa a las embarcaciones afectadas intentando alejarse de la pared del cañón, entre las advertencias y los gritos de las personas que se encontraban en los barcos de alrededor.

En un primer momento los bomberos informaron de que había 20 desaparecidos, aunque horas más tarde redujeron esa cifra a tres después de contactar con buena parte de ellos.

La gran mayoría de los heridos tuvo lesiones leves, pero cuatro siguen hospitalizados, según las autoridades.

Los bomberos sospechan que las fuertes precipitaciones de los últimos días en la región presionaron las paredes del cañón, lo que pudo haber provocado el deslizamiento.

El portavoz del Cuerpo de Bomberos de Minas Gerais, Pedro Aihara, explicó en la víspera, en declaraciones al canal ‘GloboNews’, que esa región de cañones está formada por rocas sedimentarias “más susceptibles a las acciones del viento y las lluvias” y, por tanto, “presentan una resistencia menor” a las inclemencias meteorológicas.

El lugar donde ocurrió el accidente es un punto muy turístico de Capitólio, ciudad situada a unos 280 kilómetros de Belo Horizonte, la capital de Minas Gerais (sureste), y famosa por sus bellezas naturales y sus impresionantes gargantas, las cuales se pueden visitar a través de paseos en barco.

Las causas del derrumbe todavía están siendo investigadas, pero las intensas lluvias que han caído los últimos días en el sudeste de Brasil favorecieron el desprendimiento, según los bomberos.

Hace 10 años se había advertido del riesgo de derrumbe

La región de Capitolio, a 300 km de la capital Belo Horizonte, atrae a numerosos turistas brasileños con sus paredones de rocas y cascadas que rodean las verdes aguas del lago Furnas, formado por la represa hidroeléctrica con el mismo nombre.

«La naturaleza peculiar de ese lugar, todo el atractivo turístico que proporciona el paisaje, con el embalse que forma el lago, las cascadas y saltos de agua, es creada por la erosión del relieve, un proceso natural y constante», explicó el geógrafo Eduardo Bulhoes, de la Universidad Federal Fluminense (UFF). A esa erosión natural se suman las lluvias intensas, que tornan más probables los desprendimientos como el ocurrido el sábado, llamados «movimientos de masa».

«Diciembre y enero son los meses con más lluvia en Capitolio y consecuentemente los meses con mayor potencial de movimientos de masa», afirmó Bulhoes. Para evitar nuevos accidentes, sería recomendable «limitar el área recreativa y alejar los paseos de los paredones y saltos de agua» en la temporada de mayor riesgo, concluyó el especialista. Con información de EFE, AFP y DW

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