El Premio Nobel de Química fue otorgado a la científica estadounidense Frances Arnold por su trabajo sobre la evolución de enzimas junto con el británico Gregory Winter y el estadounidense George Smith por sus investigaciones en el campo de proteínas y anticuerpos. Los científicos premiados este año con el Nobel de Química recibieron inspiración del poder de la evolución y usaron los mismo principios -el cambio genético y la selección – para desarrollar proteínas que resuelven problemas químicos de la humanidad.

«Estamos en los inicios de la revolución de la evolución dirigida, que en formas tan diversas está trayendo y traerá grandes beneficios a los seres humanos”. «El poder de la evolución se revela a través de la diversidad de la vida», señaló la Academia de Ciencias Sueca en un comunicado. Los galardonados con el Nobel de Química en 2018 han logrado controlar la evolución y usarla con fines que aportan grandes beneficios a la humanidad. Las enzimas producidas a través de los métodos de evolución dirigida desarrollados por los galardonados son utilizadas actualmente en la elaboración de combustibles a medicinas.

Frances Arnold nació en Pittsburgh, Estados Unidos, en 1956, y obtuvo su doctorado en la Universidad de California, Berkeley. Actualmente es profesora de Ingeniería Química y Bioingeniería del Instituto Tecnológico de California, Caltech. En 1993, Arnold condujo la primera evolución dirigida de enzimas, proteínas que catalizan reacciones químicas. Desde entonces, la científica ha refinado métodos que son usados ahora de forma estándar para el desarrollo de catalizadores. Las enzimas obtenidas con el método de Arnold son utilizadas para elaborar sustancias químicas en formas más amigables con el medio ambiente, incluyendo fármacos y combustibles renovables para un transporte menos contaminante. «La naturaleza es el ingeniero más brillante”

Los otros dos galardonados:

George Smith nació en 1941 en Noralk, Estados Unidos, y obtuvo su doctorado en la Universidad de Harvard. Actualmente es profesor de la Universidad de Missouri. Gregory Winter nació en 1951 en Leicester, Inglaterra, y recibió su doctorado en la Universidad de Cambridge. Actualmente es investigador emérito del Laboratorio de Biología Molecular MRC en Cambridge, Reino Unido. En 1985, Smith desarrolló un método conocido como phage display, en el que un bacteriógafo, un virus que infecta una bacteria, puede ser usado para dirigir la evolución de nuevas proteínas. Winter usó ese método para dirigir la evolución de anticuerpos, con el fin de producir nuevos fármacos. El primer medicamento desarrollado con esa técnica y aprobado para uso humano en 2002, adalimumab, se utiliza para tratar la artritis reumatoide, la psoriasis y las enfermedades inflamatorias del colon. Desde entonces, el método ha sido usado para producir anticuerpos que pueden neutralizar toxinas, combatir enfermedades autoinmunes y curar en algunos el cáncer.