La Feria Internacional del Libro de Guadalajara entregó el Premio de Literatura, Ciudad y Naturaleza José Emilio Pacheco, al escritor Santiago Acosta
La poesía es un motor que puede hacer de la realidad algo distinto y en constante transformación. Para el escritor mexicano José Emilio Pacheco, el oficio de escribir significó una de las formas más reveladoras de penetrar en esa realidad inquietante. A manera de homenaje por la labor incansable del autor de Las batallas en el desierto y La edad de las tinieblas, la Feria Internacional del Libro de Guadalajara, en conjunto con el Museo de Ciencias Ambientales, entregó el Premio de Literatura, Ciudad y Naturaleza José Emilio Pacheco a Santiago Acosta, joven escritor venezolano.
“Siempre había querido estar en esta Feria, y ahora que vengo en calidad de ganador e invitado, la cosa se vuelve muy luminosa”, expresó Santiago Acosta, quien ganó este Premio por el trabajo El próximo desierto, un texto de poesía del cual su autor comentó: “El calentamiento global afectará de diferente manera a los países. Pienso que este trabajo nos permite conectar con sensaciones e imágenes. El tema de la esperanza no es el que rige su contenido, sino la falta de ella, porque creo que la esperanza no es la mejor opción. Estoy convencido de que lo que en verdad hará un cambio en nuestra actitud con el medio ambiente, es el valor y la determinación”, acentuó.
Por su parte Eduardo Santana, director del Museo de Ciencias Ambientales de la Universidad de Guadalajara, señaló que el mejor concepto para definir este Premio es el de la extinción de la humanidad, pero vista desde una perspectiva crítica, desde la óptica de la poesía de José Emilio Pacheco, ya que el autor expuso principalmente en su obra la relación con las ciudades, y cómo muchas veces no sabemos convivir con ellas. “Será en las ciudades donde mayor gente sufrirá el cambio climático, un lugar donde se decidirá el futuro de la naturaleza”, puntualizó.
Cristina Pacheco, viuda del célebre escritor a quien dedican el nombre de este Premio, señaló no conocer la obra de Santiago Acosta, pero reconoció que encontró en él algo inmediato que causó conexión, especialmente porque Acosta le mostró un libro autografiado por José Emilio Pacheco. La periodista y escritora efectuó un ejercicio de imaginación en donde entrevistó al ganador, para después señalar. “El título de este trabajo es muy puntual, porque donde termina el desierto, empieza la poesía.
Carlos Beas Zárate, rector del Centro Universitario de Ciencias Biológicas y Agropecuarias (CUCBA), en representación de Miguel Ángel Navarro Navarro, rector de la Universidad de Guadalajara, entregó el Premio de Literatura, Ciudad y Naturaleza a Santiago Acosta. En la ceremonia también participaron Marisol Schulz, directora de la FIL, y María Magdalena Ruiz Mejía, secretaria de Medio Ambiente, quien aprovechó para despedirse de su gestión y agradecer a esta plataforma literaria su preocupación por la naturaleza.
La Feria Internacional del Libro de Guadalajara entregó el Premio de Literatura, Ciudad y Naturaleza José Emilio Pacheco, al escritor Santiago Acosta
La poesía es un motor que puede hacer de la realidad algo distinto y en constante transformación. Para el escritor mexicano José Emilio Pacheco, el oficio de escribir significó una de las formas más reveladoras de penetrar en esa realidad inquietante. A manera de homenaje por la labor incansable del autor de Las batallas en el desierto y La edad de las tinieblas, la Feria Internacional del Libro de Guadalajara, en conjunto con el Museo de Ciencias Ambientales, entregó el Premio de Literatura, Ciudad y Naturaleza José Emilio Pacheco a Santiago Acosta, joven escritor venezolano.
“Siempre había querido estar en esta Feria, y ahora que vengo en calidad de ganador e invitado, la cosa se vuelve muy luminosa”, expresó Santiago Acosta, quien ganó este Premio por el trabajo El próximo desierto, un texto de poesía del cual su autor comentó: “El calentamiento global afectará de diferente manera a los países. Pienso que este trabajo nos permite conectar con sensaciones e imágenes. El tema de la esperanza no es el que rige su contenido, sino la falta de ella, porque creo que la esperanza no es la mejor opción. Estoy convencido de que lo que en verdad hará un cambio en nuestra actitud con el medio ambiente, es el valor y la determinación”, acentuó.
Por su parte Eduardo Santana, director del Museo de Ciencias Ambientales de la Universidad de Guadalajara, señaló que el mejor concepto para definir este Premio es el de la extinción de la humanidad, pero vista desde una perspectiva crítica, desde la óptica de la poesía de José Emilio Pacheco, ya que el autor expuso principalmente en su obra la relación con las ciudades, y cómo muchas veces no sabemos convivir con ellas. “Será en las ciudades donde mayor gente sufrirá el cambio climático, un lugar donde se decidirá el futuro de la naturaleza”, puntualizó.
Cristina Pacheco, viuda del célebre escritor a quien dedican el nombre de este Premio, señaló no conocer la obra de Santiago Acosta, pero reconoció que encontró en él algo inmediato que causó conexión, especialmente porque Acosta le mostró un libro autografiado por José Emilio Pacheco. La periodista y escritora efectuó un ejercicio de imaginación en donde entrevistó al ganador, para después señalar. “El título de este trabajo es muy puntual, porque donde termina el desierto, empieza la poesía.
Carlos Beas Zárate, rector del Centro Universitario de Ciencias Biológicas y Agropecuarias (CUCBA), en representación de Miguel Ángel Navarro Navarro, rector de la Universidad de Guadalajara, entregó el Premio de Literatura, Ciudad y Naturaleza a Santiago Acosta. En la ceremonia también participaron Marisol Schulz, directora de la FIL, y María Magdalena Ruiz Mejía, secretaria de Medio Ambiente, quien aprovechó para despedirse de su gestión y agradecer a esta plataforma literaria su preocupación por la naturaleza.