Cuando fue lanzada la plataforma de entretenimiento de Netflix nunca quiso anuncios, pero ahora todo cambió. Arrastrada por la pérdida de suscripciones -unos 200.000 solo entre enero y marzo de este año-, Netflix busca nuevas fórmulas para atraer clientes e ingresos.

El gigante que basó toda su estrategia en las suscripciones para ver cine y series en streaming y sin anuncios, acaba de aliarse con Microsoft para ofrecer un nuevo plan más económico pero con publicidad. La empresa que fundó Bill Gates ha sido seleccionada como socio global de ventas y tecnología publicitaria.

El nuevo plan, del que aún no ha revelado cuánto costará, no sustituirá a los que ya existen sin anuncios, sino que se ofrecerá como una opción más. Los clientes podrán decidir así entre pagar menos, pero con pausas para publicidad, o mantener la suscripción de siempre, cuyo precio, por el momento, la empresa no ha anunciado que vaya a cambiar. El plan podría estar listo a finales de año.

La compañía, que empezó enviando por correo postal películas y series en DVD a sus suscriptores a finales de los años 90, no había dejado de crecer en la última década. Los confinamientos por la pandemia de coronavirus dieron un tremendo empujón a la plataforma, cuando millones de personas encerradas en sus casas decidieron matar el aburrimiento sentados en pijama delante de la televisión, principalmente con Netflix en sus pantallas.

Pero la competencia en el mundo de las plataformas de streaming se ha vuelto feroz, y Netflix tiene ahora que repartirse el pastel con otras como Amazon Prime, Disney+, HBO Max o Apple TV. A todo esto hay que sumar los 700.000 suscriptores que perdió al cerrar su servicio en Rusia por la guerra en Ucrania y, según aseguran desde la plataforma, los usuarios comparten las contraseñas, lo que se traduce en menos ingresos y por eso la la nueva versión con anuncios llegaría pronto.

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