El saqueo del pasado no es nada nuevo; se sabe que ya desde la época de los faraones en Egipto había ladrones de tumbas que llevaban a cabo un comercio secreto de los objetos que encontraban. De igual manera, se tienen noticias de que ya desde la época de la conquista, en su afán por encontrar oro, algunos españoles saquearon tumbas en México, como fue el caso del capitán Andrés de Figueroa en Oaxaca, en 1530.

En el siglo pasado, el famoso viajero John L. Stephens compró algunas minas para llevarse las esculturas ahí encontradas, como los dinteles de madera de Uxmal o el Tablero de Kabah, entre otras; para su mala fortuna, esas piezas se quemaron en el incendio del Panorama, en Nueva York, que debía ser el núcleo del Museo Nacional Americano. Es así como muchos viajeros, exploradores y científicos han sacado del país una gran cantidad de objetos arqueológicos con el fin de exponerlos en museos, comerciar con ellos o por simple coleccionismo.

El miércoles 14 de septiembre, la Secretaría de Relaciones Exteriores (SER) hizo entrega formal a la Secretaría de Cultura federal, a través del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), de más de 50 piezas arqueológicas recuperadas por las embajadas y consulados de México en el exterior, las cuales, de conformidad con la Ley Federal sobre Monumentos y Zonas Arqueológicos, Artísticos e Históricos, forman parte del patrimonio cultural de nuestro país.

Así, los dictámenes realizados por especialistas del INAH confirmaron que se trata de piezas pertenecientes a diferentes culturas de distintos periodos de la época prehispánica, las cuales fueron restituidas de forma voluntaria a las embajadas de México en Austria, Canadá y Suecia, así como a los consulados de México en Vancouver (Canadá) y Albuquerque (Estados Unidos), por parte de ciudadanos residentes en dichas circunscripciones.

En particular, destaca una urna de origen zapoteco que, de acuerdo con el dictamen del INAH, fue elaborada entre los años 600 y 900 d.C., así como un fragmento de columna sustraído de la estructura arquitectónica conocida como ‘El Palacio’, en el sitio arqueológico de Santa Rosa Xtampak, en el municipio de Hopelchén, Campeche.

Esta entrega se enmarca en los esfuerzos que realiza el gobierno federal por la recuperación de su patrimonio cultural sustraído del país de manera ilícita, como resultado de la concientización en torno al valor que posee; en este tenor, la autoridad agradece a los ciudadanos que de forma responsable han hecho las devoluciones voluntarias, y recuerda que las piezas arqueológicas son bienes de la nación que no pueden estar en el mercado, pues son testimonios de los pueblos que los elaboraron y utilizaron; cada objeto nos cuenta una historia que nos ayuda a entender nuestra identidad como nación.

Finalmente, se indicó, los bienes repatriados quedarán bajo el resguardo del INAH para su debido análisis, cuidado, conservación y difusión a México.

Por Redaccion Digital

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