portrait one sad man standing near a window and covers his face at the day

La angustia es un estado afectivo puede causar muchos problemas a quién no sabe manejarlo, según la Mtra. Flores Aceves, y aprender a manejarla, ayudaría a mejorar nuestra calidad de vida

Todos la sufriremos o la sufrimos en algún momento de nuestra vida. Puede hacernos sudar, quitarnos el sueño, el hambre y causarnos muchas penas o también, ponernos alerta y ayudarnos a tomar decisiones que podrían cambiar nuestra historia, así es la angustia.

La Mtra. Martha Iveth Flores Aceves, Psicóloga de la Dirección de Asistencia Social de la Universidad Autónoma de Guadalajara (UAG), explicó en la conferencia “Angustia y Miedo, herramientas a tu favor” en qué consiste y cómo manejarla.

La experta señaló que la angustia es un estado afectivo que designa cierto estado de expectativa frente al peligro.

¿Cómo manejar la angustia?

Antes que nada explicar que existen dos tipos de angustia:

1.- La realista, que aparece ante algo racional y comprensible.
2.- La expectante, que se despierta por cualquier estimulo e influye sobre el juicio, escoge expectativas y es la más intensa.

La angustia aumenta la atención sensorial, la capacidad motriz, la necesidad de huida, la defensa activa, temblores, ahogos y más. Ésta es normal, la tenemos desde que nacemos, pero podemos controlarla y usarla a nuestro favor.
Para ello, la experta pidió que se entienda a este estado de ánimo como algo normal y que puede tratarse de la siguiente manera:

Nombrarla. Darle un nombre ayuda a conocer qué nos está afectando.

Dejarse sentir. No se trata de distraerse, porque la angustia se acumula, como echar polvo bajo la alfombra, hay que dejarla que suba para conocerla y vivirla.

Escuchar al cuerpo. Hay que aprender a entender qué nos afecta y cómo el cuerpo reacciona para saber qué nos pasa y tratarlo.

La angustia también tiene que ver con ser diferente a lo que nos dijeron toda la vida que teníamos que ser, aprendamos qué nos pertenece y aceptémoslo como algo natural.

Más vale tomar la decisión equivocada que no tomar ninguna. Evitar las decisiones sólo trae más angustia, lo mejor es “hacer algo”, a dejar que ésta se apile.

En la conferencia, impartida a colaboradores y jubilados, la Mtra. Flores Aceves, comentó a su vez que de percibir que la angustia se transforma en otra clase de sentimientos, lo más recomendable es asistir con un experto para tratar el padecimiento.

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