Además de que son gratis, los abrazos son una de las principales demostraciones de afecto y cariño del ser humano que puede proceder de un amigo, de un familiar, de la pareja o de un extraño. Hoy 21 de enero es el Día Internacional del Abrazo y sirve de buen pretexto para poner en práctica este gesto de afecto y así mejorar su salud.
Este simple contacto tiene múltiples beneficios para las personas tanto a nivel emocional como fisiológico, efectos que fueron comprobados científicamente a través de diversos estudios.
El contacto físico (abrazos, caricias) desde que uno nace es muy importante porque a través de ello uno se siente reconocido, protegido y querido. Un estudio de la Universidad de Duke en los Estados Unidos analizó el efecto del contacto físico en bebés y encontró que la ausencia de este acto puede contribuir a muerte de neuronas y deficiencia en la producción de la hormona del crecimiento.
Además, la Organización Mundial de la Salud señala que más de las tres cuartas partes de bebés prematuros se reponen si tienen el contacto piel con piel con la madre. “El código del amor, el contacto físico, miradas, palabras que uno recibe desde recién nacido y que se prolonga toda la vida, ayuda a ser más seguros de uno mismo y a desarrollar una estructura de personalidad mucho más fuerte y estable”, comenta el psicólogo Germán Burgoa, director general del Consultorio de Estimulación Temprana y Apoyo Familiar Cetaf Cimientos.
El abrazo provoca en el cuerpo la producción de oxitocina, dopamina y serotonina que son las hormonas relacionadas con la felicidad, el amor y el bienestar. Además, disminuye la producción del cortisol (hormona del estrés), lo cual ayuda a relajarse, comenta la fisioterapeuta Fabiola Maldonado.
Beneficios
Tiene efectos antiestrés. “La piel es el órgano más grande y contiene miles de receptores sensoriales que transmiten la información al cerebro, entonces al sentir una caricia, una temperatura agradable o una textura suave, el cuerpo libera tensión, disminuyendo el estado de alerta, bajando el nivel de estrés y relajándose”, explica la fisioterapeuta Jhenny Pamela Rojas del gabinete Kinefilaxia.
Reduce la presión arterial. Rojas explica que cuando a alguien le tocan, la sensación en la piel activa los receptores de presión llamados corpúsculos de Pacini, que luego envían señales al nervio vago, un área del cerebro que es responsable de la reducción arterial.
Disminuye los niveles de depresión. Las fisioterapeutas explican que al reducirse los niveles de cortisol, aumentan las cantidades de serotonina (encargado de la energía y el buen humor) y dopamina (regula la motivación y el deseo, además, hace que se repita conductas que proporcionan beneficios o placer), que producen, inmediatamente en el organismo sensaciones de bienestar y tranquilidad.
Fortalecen el sistema inmunológico. Maldonado explica que mediante los abrazos se favorece la creación de glóbulos blancos, defensores del organismo, cuya función es combatir infecciones y enfermedades. Con ello, se fortalece el sistema inmunológico. En un estudio realizado en la Universidad de EEUU, en 2015, se comprobó que las personas que recibían abrazos de manera diaria tendían a ser menos susceptibles a contagiarse de resfriado.
Se relajan los músculos y las tensiones. Rojas explica que al dar y recibir abrazos fisiológicamente se liberan las hormonas oxitocina, serotonina y dopamina que generan sensación de bienestar, tranquilidad, armonía, serenidad y con eso llevan a relajar las tensiones musculares Un abrazo de 20 segundos activa los receptores sensoriales que se tiene en la piel y que a su vez liberan las hormonas de bienestar y aumentan el sistema inmunológico haciendo que el cuerpo sane rápido.
Reduce el riesgo de padecer demencia. Al abrazar se equilibra el sistema nervioso y se produce un efecto de tranquilidad en el organismo, que ayuda en la prevención de la demencia.
Rejuvenece el cuerpo. Los abrazos estimulan la oxigenación de los tejidos, hecho que prolonga la vida de las células y evita el envejecimiento prematuro de las mismas.
Además aumenta la confianza y la seguridad. Al ser abrazado uno se siente protegido y apoyado. Mejora el estado de ánimo y favorece la felidad. Con la liberación de las hormonas serotonina y oxitocina uno se siente más feliz.
Mejora la autoestima. El estar más feliz y seguro de uno mismo hace que se tenga una visión más positiva.
Reduce sentimientos de enfado. La sensación de bienestar que se produce a raíz del abrazo hace que uno esté menos enfadado. ¿Y tu ya repartiste abrazos?